Los manifestantes han gritado eslóganes contra la intervención extranjera en Yemen y la masacre de civiles, mientras expresaban su apoyo a la resistencia legítima de la nación yemení contra esas atrocidades.
En algunas ciudades, los manifestantes han tachado de "traidores" a los países regionales por quedarse en silencio ante los crímenes del régimen de Al Saud, al tiempo que han exhortado a todos los musulmanes a mantenerse unidos y vigilantes frente a las conspiraciones de la arrogancia mundial y sus aliados regionales.
A continuación, han exigido la intervención de la comunidad y las organizaciones internacionales a favor de los yemeníes para poner fin a las ofensivas en el país árabe.
El pasado 26 de marzo, Arabia Saudí comenzó incursiones aéreas contra Yemen sin el visto bueno de las Naciones Unidas, pero con luz verde de EE.UU., en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo, Abdu Rabu Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad.
La agresión saudí a Yemen ha aglutinado duras críticas a nivel mundial. El pueblo yemení ha condenado en reiteradas ocasiones la agresión saudí y ha asegurado que el régimen de Al Saud pagará caro sus ataques. Además países como Rusia, Irán, Siria e Irak, entre otros, han condenado esas incursiones bélicas.
Irán ha seguido el tema por vías diplomáticas; las máximas autoridades del país, como el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, el presidente de Irán, Hasan Rohani, el ministro de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, así como figuras políticas y religiosas han deplorado esos ataques y han pedido el cese de fuego contra la nación yemení.
Sin embargo, la guerra saudí en Yemen, desde el principio, fue recibida con beneplácito por el régimen de Israel, que brinda apoyo a Riad para debilitar el eje de resistencia islámica en Yemen.
La ONU, a su vez, pidió el jueves a todas las partes involucradas en ese conflicto que declaren una tregua inmediata, aunque se negó a condenar las ofensivas de Riad contra esa nación desheredada.
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