Cuando miles de millones de dólares han sido destinados a la banca privada en medio de la pandemia de la COVID-19, con el objetivo de canalizarlo al sector empresarial y sostener negocios y empleos; los estudiantes de la Universidad de Panamá rechazan un recorte al presupuesto de la institución para 2021 contrastando las prioridades del actual Gobierno, que durante la campaña electoral de 2019 ubicaba a la educación como su insignia.
Más de 200 000 trabajadores panameños cuyos contratos fueron suspendidos no tienen la garantía de recuperar los empleos en las mismas condiciones que había antes de la crisis, lo que a futuro pondría en dificultad sus compromisos financieros en manos de instituciones bancarias que según datos oficiales han mantenido su crecimiento a pesar de los efectos globales de la COVID-19 con el 73% de sus depósitos provenientes del mercado local.
Al considerar al sistema bancario fundamental para la recuperación económica, las autoridades promovieron el fortalecimiento de sus niveles de liquidez a pesar de informes de la superintendencia de bancos que mostraban un sistema sólido antes de la llegada del SARS-CoV-2.
John Alonso, la Ciudad de Panamá.
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