Documentos internos obtenidos por The Intercept muestran que el gigante tecnológico estadounidense Amazon Web Services (AWS) proporcionó herramientas informáticas avanzadas en la nube e inteligencia artificial a las empresas armamentísticas israelíes Rafael e Israel Aerospace Industries (IAI), cuyas armas han devastado hogares, escuelas y campos de refugiados en Gaza, informa este viernes el medio.
La revelación se produce mientras Amazon afirma públicamente defender los derechos humanos, pese a su comprobada complicidad en el genocidio que comenzó en octubre de 2023, considerado una de las campañas más mortíferas contra civiles en la historia moderna.
Los documentos confirman, además que el gigante tecnológico continuó suministrando software y servicios en la nube a ambas empresas armamentísticas durante 2024 y 2025.
El periodo ha estado marcado por la muerte de miles de palestinos, en concreto 62 800 hasta ahora, así como por el desplazamiento de miles de personas y la destrucción de gran parte de la franja costera, reducida a escombros.
La implicación de Amazon se enmarca en el Proyecto Nimbus, un contrato de 1200 millones de dólares firmado en 2021 con el régimen israelí y su sector militar.
Según el acuerdo, Amazon y Google se comprometieron a brindar servicios de procesamiento de datos, almacenamiento y aprendizaje automático, incluidos para el ministerio de asuntos militares, agencias de inteligencia e instalaciones nucleares del régimen.
En otra parte, las comunicaciones internas revelaron que Amazon no solo cumplió con su contrato durante el genocidio, sino que también presionó activamente a los reguladores israelíes para poder manejar datos militares clasificados.
Entre los clientes de Amazon, Rafael, fabricante de kits de bombas guiadas de precisión, convirtió explosivos de 2000 libras en armas “inteligentes”. Estas bombas fueron empleadas en ataques que aniquilaron familias palestinas enteras y destruyeron las llamadas “zonas seguras”.
Funcionarios de las Naciones Unidas calificaron de “inaceptable” el ataque a un campo de refugiados en septiembre de 2024, que dejó al menos 19 muertos, entre ellos mujeres y niños.
Previamente, se habían hallado fragmentos de un kit de guía de bombas en otro sitio de ataque en el centro de Gaza, donde murieron 12 civiles.
Los misiles Spike de la empresa Rafael, capaces de dispersar metralla de tungsteno que destroza carne y órganos, han sido vinculados en múltiples ocasiones a heridas graves entre la población civil.
En abril de 2024, una investigación del Times de Londres determinó que un misil Spike lanzado desde un dron de Rafael había causado la muerte de siete trabajadores humanitarios de la organización World Central Kitchen (WCK).
Entretanto, el experto retirado de la Fuerza Aérea de EE. UU., Wes Bryant, señaló que Rafael y IAI eran “integrales” para el complejo militar israelí y estaban directamente “implicados en la muerte de civiles”.
Documentos internos muestran que Rafael utilizó modelos de IA de Amazon, incluyendo Claude de Anthropic, pese a la supuesta prohibición de usar sus herramientas en armamento.
La empresa reportó ingresos récord en 2024 y su CEO, Yoav Turgeman, destacó su papel en los logros militares de Israel. Amazon también prestó servicios al Centro Nuclear Soreq y a oficinas en la Cisjordania ocupada, sin aclarar si verificó el uso de sus servicios.
Expertos legales advierten que la implicación de Amazon podría constituir asistencia a crímenes de guerra, incluso sin intención genocida, si la empresa sabía que sus servicios contribuían a atrocidades.
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