Un soldado israelí que fue arrestado por acusaciones de agredir sexualmente a un prisionero palestino en el centro de detención de Sde Teiman fue invitado a un programa de televisión para “defender las violaciones y los abusos que comete el ejército israelí” en esa instalación.
Criticando a los periodistas por difundir imágenes que mostraban el ataque a los palestinos en la prisión, el soldado en cuestión señala que el ejército israelí es “un ejército muy saludable” y que está feliz de que los militantes de la derecha sionista hayan apoyado a los soldados cuando se supo la noticia del abuso.
“Todos, los comandantes, las tropas y la gente en el campo de batalla. Y si hay alguien en los altos mandos que quiera arruinarnos, estoy aquí para defender nuestro buen nombre”, indica el uniformado.
Israeli soldier on TV 'to defend' sex abuse of Palestinian prisoners
— Middle East Monitor (@MiddleEastMnt) August 9, 2024
An Israeli soldier who was detained on charges of sexually assaulting a Palestinian detainee in the Sde Teiman detention facility was invited on TV to 'defend' the occupation state's army. Slamming journalists… pic.twitter.com/48hLbBHV7c
El canal 12 de Israel reveló imágenes de las cámaras de vigilancia que muestran a varios soldados sionistas agrediendo sexualmente a un prisionero palestino en Sde Teiman. Luego de varias horas, el palestino fue llevado a un hospital donde su condición fue descrita de complicada.
Este crimen de los sionistas provocó reacciones y condenas en todo el mundo.
La Yihad Islámica Palestina en un comunicado lo llama crimen de guerra y una vergüenza para la comunidad internacional, por su inacción, ante tales crímenes israelíes.
El portavoz de los Derechos Humanos de la ONU, Jeremy Laurence, a su vez, ha ratificado la preocupación de su oficina por la persistente impunidad en Israel respecto a las violaciones contra los palestinos y llamó a la entidad sionista a que conceda acceso inmediato a todos los centros de detención para investigaciones.
Sde Teiman es una base militar israelí, ubicada en el desierto de Néguev, a unos 29 kilómetros de la frontera con Gaza que se convirtió en un campo de detención para los palestinos. Múltiples empleados israelíes y prisioneros palestinos liberados han denunciado abusos sistémicos y violaciones de derechos humanos, incluidas torturas físicas y psicológicas. El campo ha sido apodado ‘el Guantánamo de Israel’.
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