“La Administración Biden tiene toda la responsabilidad por la muerte de Aarón Bushnell como resultado de su apoyo a la entidad sionista en su guerra de exterminio contra los palestinos”, dijo el lunes el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), en un comunicado, en alusión a la trágica muerte del aviador estadounidense quien se prendió fuego la misma jornada frente a la embajada de Israel en Estados Unidos en protesta por la complicidad de su país en el genocidio israelí en Gaza.
El soldado estadounidense, de 25 años, había declarado que no quiere “ser cómplice del genocidio”, y aseveró, antes de quemarse a lo bonzo, que el sufrimiento que está a punto de vivir “es mínimo en comparación con el de los palestinos”.
HAMAS expresó su “más sentido pésame” y su “total solidaridad con la familia y amigos” de Bushnell y aseguró que su nombre “será inmortalizado” junto con el de la activista estadounidense Rachel Corrie quien fue aplastada en 2003 por una excavadora israelí en Gaza, mientras realizaba una protesta pacífica para proteger la casa de una familia palestina que iba a ser demolida.
Hizo hincapié en que el nombre de Bushnell permanecerá “eterno” en la memoria de los palestinos y de todos los pueblos libres del mundo. El fallecido soldado estadounidense es “un símbolo del espíritu de solidaridad humanitaria global con nuestro pueblo y su justa causa”, agrega la nota.
La milicia élite palestina señaló además que el acto de protesta de Bushnell refleja la creciente ira del público estadounidense hacia la Administración Biden por su apoyo pleno e incondicional a la guerra genocida israelí en Gaza.
La nación estadounidense —agrega el texto— “rechaza la violación por parte de su gobierno de los valores humanitarios globales” y se opone a las políticas de Washington que garantizan “la impunidad de la entidad nazi y sus líderes frente al castigo y la rendición de cuentas”.
Estados Unidos es el principal aliado de Israel y el país que más ayuda militar ha proporcionado al régimen sionista desde el inicio de la guerra en Gaza en octubre pasado. Al menos 29 900 palestinos, en su mayoría niños y mujeres, han muerto como consecuencia de los bombardeos indiscriminados de Israel.
La Administración Biden enfrenta además una ola de críticas y rechazos a nivel interno y externo por vetar todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pedían un alto el fuego en Gaza.
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