A tan solo un día de la votación crucial del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la implementación de la siguiente fase del plan de paz para la Franja de Gaza, el primer ministro sionista, Benjamin Netanyahu, afirma que no permitirá la creación de un Estado palestino bajo ninguna circunstancia.
Mientras tanto, a pocos kilómetros, en Gaza, la situación humanitaria de los palestinos empeora con cada día que pasa. En el centro de la franja, el invierno ha desatado una nueva ola de sufrimiento, que mata no solo con balas, sino también con el frío extremo. Uno de los testimonios proviene de Jihan Al-Rifi, madre de seis hijos, cuyo hogar en una tienda de campaña fue destruido por la tormenta. Para ella y para los más de 1,5 millones de desplazados en Gaza, la tormenta no solo destruyó su refugio, sino que amplificó su sufrimiento en un contexto ya de por sí devastador.
La familia de Jihan, como muchas otras, no tiene dinero para reparar su tienda de campaña. En tanto, el Ministerio de Salud, hace un llamado urgente a la comunidad internacional para proporcionar asistencia humanitaria inmediata.
Desde el viernes, Gaza enfrenta una fuerte depresión atmosférica. El 93% de las 135 000 tiendas de campaña para desplazados está inutilizable. A pesar de la tregua, los palestinos en Gaza se encuentran ahora atrapados en una nueva lucha: sobrevivir a los devastadores efectos de la tormenta, una batalla interminable contra la naturaleza que no parece tener fin.
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