Se trata del pueblo de Al-Araqib, de 700 habitantes, el cual no ha sido reconocido por parte del régimen de Tel Aviv, por lo que ha sido demolido en reiteradas ocasiones desde 2010.
Stephane Dujarric, portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se declaró preocupada por la aceleración de la destrucción de viviendas palestinas por el régimen israelí.
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