“Cualquiera que asesine, dañe y mate a civiles [israelíes] debe ser enviado a la silla eléctrica”, dijo el martes, el ministro de seguridad israelí, el extremista Itamar Ben Gvir, en una reunión con los miembros de su partido de ultraderecha ‘poder judío’, según recogió el canal 13 del régimen de Israel.
En este sentido, Ben Gvir prometió presionar al parlamento israelí para que apruebe un proyecto de ley para usar la pena de muerte en la silla eléctrica para los palestinos involucrados en operaciones de represalia y ataques contra las fuerzas militares y los colonos israelíes.
También declaró que había pedido la imposición de un toque de queda en los barrios palestinos que representan una amenaza para Israel y destacó que ordenó que se escanearan las redes sociales para detectar y detener a cualquier persona que portara un arma.
Las declaraciones de Gvir se produjeron después que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió el domingo una respuesta “fuerte, rápida y precisa” a los últimos ataques de represalia de los palestinos y afirmó que su gabinete, compuesto por un grupo de políticos extremistas, había decidido acelerar los permisos para que los colonos pudieran portar armas para defenderse ante los ataques callejeros palestinos.
Netanyahu también dijo que se desplegarían más soldados y policías en los territorios ocupados, y que las fuerzas de seguridad se embarcarían en una serie de operaciones para recopilar inteligencia, confiscar armas de fuego ilegales y realizar arrestos.
La tensión ha estallado en los territorios palestinos ocupados en los últimos días en medio de una serie de ataques de represalia. En una operación de disparos llevada a cabo el viernes cerca de una sinagoga en un asentamiento ilegal israelí en la zona ocupada de al-Quds, siete colonos ilegales murieron y otros 10 resultaron heridos.
Esto mientras que, el ejército israelí asaltó el jueves violentamente el campamento de refugiados de Yenín en la ocupada Cisjordania, dejando once mártires, incluida una anciana y más de 20 heridos, 4 de ellos en estado grave. Se trata del incidente con mayor número de víctimas fatales en Cisjordania en dos décadas, según informaron funcionarios palestinos.
En represalia, grupos de la Resistencia palestinos lanzaron dos cohetes contra las posiciones israelíes; el ataque hizo que las sirenas de defensa antiaérea se activaran en el sur de los territorios ocupados. El ejército del régimen de Tel Aviv, a su vez, bombardeó Gaza, intensificando aún más las tensiones.
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