A la medianoche del lunes, el Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica (CGRI) realizó ataques con misiles balísticos contra objetivos sionistas en la región del Kurdistán iraquí y objetivos takfiríes cerca de Idlib en el noroeste de Siria, en respuesta a sus actividades terroristas subversivas contra Irán.
Según el general de brigada, Amir Ali Hayizade, comandante de la Fuerza Aeroespacial del CGRI, la base de espionaje cerca de Erbil fue atacada por cuatro misiles desde la provincia occidental de Kermanshah y siete misiles desde la provincia noroccidental de Azerbaiyán Occidental, a 200 y 300 kilómetros de distancia respectivamente.
También afirmó que se dispararon cuatro misiles Jeybar Shekan desde la provincia sureña de Juzestán contra objetivos terroristas takfiris en Idlib, Siria, y agregó que todo no ocurrió ningún problema en la operación.
Jeybar Shekan es un misil balístico de medio alcance y combustible sólido operado por la Fuerza Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), presentado en 2022 con motivo del 43.º aniversario de la Revolución Islámica.
Es de la tercera generación de misiles de CGRI, lleva una ojiva de 500 kg y en fase de aterrizaje tiene maniobrabilidad para sortear escudos antimisiles, con capacidad de alcanzar objetivos con precisión milimétrica a una distancia y un radio de 1450 kilómetros.
Un detalle que llamó la atención de los analistas militares de todo el mundo es el que la distancia desde la provincia de Juzestán hasta la posición siria del objetivo es 1230 kilómetros, por lo que muchos expertos comentaron que “Israel estaba dentro del alcance”.
Poner al régimen sionista dentro del alcance no es algo nuevo, ya que Irán ha tenido esta capacidad desde 1998, cuando el Shahab-3 fue probado por primera vez y luego puesto en pleno funcionamiento cinco años después.
Sin embargo, hoy en día este modelo no está adaptado a las necesidades de la guerra moderna porque es grande, incómodo para el transporte y lleva mucho tiempo llenarlo con combustible líquido, lo que hace que sea fácil de descubrir y apuntar en condiciones de guerra.
Su probabilidad de error circular se estimó en entre 1000 m y 4000 m para los primeros modelos, o entre 200 m y 800 m para los modelos posteriores, lo que lo hace adecuado para apuntar a grandes bases enemigas, más que para ataques precisos.
El sistema también era relativamente caro y se producía en cantidades limitadas de unos pocos cientos de piezas, desproporcionadamente en un conflicto potencial contra un enemigo con una aviación más grande.
Los misiles balísticos de medio alcance posteriores, como el Qadr-110, Faur-3, Ashura y Seyil, introducidos en la segunda mitad de la década de 2000, aportaron mejoras significativas en la propulsión de propulsor sólido, una preparación más corta y precisión, pero seguían siendo sistemas grandes y costosos.
Los defectos antes mencionados son un legado de la doctrina militar global del siglo XX, según la cual los misiles balísticos servían para transportar armas de destrucción masiva y disuadir al enemigo, no para ataques de precisión en guerras prolongadas, una tarea reservada a la aviación.
Irán, debido a décadas de sanciones a equipos de aviación, se vio obligado a redefinir la función de los misiles balísticos, convirtiéndolos en la principal potencia de fuego de largo alcance.
Las deficiencias de los misiles balísticos masivos de mediano alcance se compensaron durante la década de 2010, cuando entraron en servicio operativo nuevas variantes basadas en el Fateh-110, un misil de combustible sólido de corto alcance con un alcance inicial de sólo 200 km a 300 km.
Con el desarrollo de motores de cohetes y tecnología relacionada, estas nuevas variantes basadas en el Fateh-110 aumentaron su alcance con el tiempo: Fateh-313 a 500 km, Zolfaqar a 700 km, Dezful a 1,000 km y finalmente Jeybar Shekan a 1450 km.
Con esto, el alcance de Jeybar Shekan casi igual a los misiles balísticos de medio alcance más antiguos y masivos, que son dos veces más grandes en diámetro y altura y, por lo tanto, mucho más pesados.
En comparación con los misiles masivos más antiguos, una nueva generación de misiles tiene una ojiva que tiene la mitad de tamaño, de 500 kg a 700 kg, pero es más móvil para el transporte, más rápida y sencilla de lanzar, más maniobrable y más difícil de derribar para los sistemas de defensa aérea enemigos.
Además, son más fáciles de producir en masa y pueden ensamblarse en grandes cantidades, como ya ha confirmado Irán al mostrar imágenes de un vasto arsenal de misiles desde bases subterráneas diseminadas por todo el país.
Con este desarrollo, Irán compensó sus deficiencias en aviación porque tiene la capacidad de atacar posiciones enemigas con el mismo alcance, letalidad e intensidad, y mejor rentabilidad, sin arriesgar las vidas de pilotos y aviones de combate ultrasecretos por valor de 100 millones de dólares.
En comparación con otras armas iraníes de alcance similar, estos misiles balísticos son más rápidos y llevan ojivas más letales que los drones y los misiles de crucero, y son más simples y baratos que las últimas armas hipersónicas.
Otra característica importante de las nuevas generaciones de misiles balísticos más pequeños es su asombrosa precisión de sólo 5 metros, que fue recibida con escepticismo por los analistas extranjeros en los anuncios iniciales.
Cualquier duda sobre la precisión se ha disipado después de múltiples ataques iraníes contra bases enemigas en la región durante los últimos siete años, lo que demuestra su confiabilidad, precisión y efectividad.
Dichos ataques incluyen la Operación Laylat al-Qadr de 2017 contra objetivos takfiris en Siria, la Operación Mártir Soleimani de 2020 contra instalaciones estadounidenses en Irak y los ataques de 2018 y 2022 contra terroristas kurdos en Irak.
El ataque del lunes con misiles Jeybar Shekan contra posiciones takfiríes cerca de Idlib es el último de esa serie, pero con 1230 kilómetros representa el ataque de mayor alcance hasta el momento, más lejos que en 2017, cuando los misiles Zolfaqar apuntaron a las cercanías de Deir Ezzor sirio, aproximadamente a 750 kilómetros de distancia.
Based on Tasnim report, Iranian strike on ISIS-K targets in Idlib is the furthest direct military strike in the Islamic Republic's history.
— Aᴍɪʀ (@AmirIGM) January 16, 2024
Targets of previous strikes in 2017 and 2018 were near Deir ez-Zor, closer to the Iraq-Syria border.https://t.co/Sb1l1Cwn8d pic.twitter.com/HvygporjJG
Con esto, Irán no solo demostró que tiene al régimen israelí a su alcance, sino que cuenta con un arsenal de misiles balísticos incomparablemente más preciso y extenso que en los últimos 25 años.
Por: Ivan Kesic
Texto recogido del artículo publicado en Press TV.