• La canciller alemana, Angela Merkel, en conferencia de prensa sobre medidas para evitar propagación del coronavirus, en Berlín, 9 de abril de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: lunes, 20 de abril de 2020 14:03
Actualizada: lunes, 20 de abril de 2020 18:42

La Fiscalía general de Alemania rechaza la denuncia contra Angela Merkel en la que se le acusa de “incitar por negligencia” el asesinato de Qasem Soleimani.

El pasado febrero, ocho legisladores del Partido de La Izquierda presentaron una denuncia penal en contra de la canciller alemana, Angela Merkel. La querella indica que la base de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Ramstein, en el país germano, que, al parecer, alberga una estación de retransmisión por satélite para controlar aviones no tripulados sobre África y Asia Occidental, fue parte de la operación que condujo al asesinato del teniente general iraní, Qasem Soleimani.

Los aludidos legisladores acusan al Gobierno de Merkel de “incitar por negligencia” a la operación de Washington, al no tomar iniciativas para detener el ataque con aviones no tripulados (drones) estadounidenses que mató a Soleimani y sus compañeros.

De acuerdo con una publicación del periódico germano Die Welt, la oficina de la Fiscalía general de Alemania ha desestimado la denuncia, justificando que no había indicios para iniciar una investigación contra el Gobierno encabezado por Merkel.

 

El 3 de enero de 2020, Estados Unidos asesinó al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Soleimani, junto al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis en el territorio iraquí, bajo las órdenes del presidente de EE.UU., Donald Trump.

Ambos comandantes eran muy respetados entre las naciones musulmanas por sus esfuerzos para eliminar al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).

El Parlamento de Alemania cuestionó la versión estadounidense, apuntando a dudas considerables de que el asesinato del general Soleimani por parte del Ejército estadounidense fuera compatible con el derecho internacional ni que era absolutamente necesario para evitar una amenaza grave para la vida de los estadounidenses.

El asesinato del destacado militar iraní desató una ola de advertencias y condenas contra la Casa Blanca. Varios países y organismos internacionales, entre ellos la Organización de las Naciones Unidas (ONU), deploraron la medida estadounidense y aseguraron que el martirio de la prominente figura iraní “violó el derecho internacional”.

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