Varios ciudadanos estadounidenses han estado buscando conseguir 17,6 millones de dólares de activos iraníes que Visa Inc. y Franklin Resources Inc., dos corporaciones estadounidenses de servicios financieros, le deben al Bank Melli de Irán.
Ellos se encuentran entre unos 90 demandantes estadounidenses que un tribunal inferior de EE.UU. les permitió satisfacer 1000 millones de dólares de los activos iraníes en compensación por la supuesta complicidad de la República Islámica en los ataques terroristas.
Los demandantes incluyen a víctimas o familiares de las víctimas de ataques como el atentado de 1996 contra el complejo residencial Torres Jobar de una base militar estadounidense en Arabia Saudí, entre otros.
El Bank Melli había argumentado en su apelación que la Corte Suprema de EE.UU. no podía confiscar los fondos que le adeudan Visa y Franklin, los cuales fueron congelados anteriormente debido a las sanciones de Estados Unidos contra Irán.
En los últimos años los tribunales estadounidenses han dictado múltiples sentencias ordenando a la República Islámica de Irán indemnizar con sus fondos congelados en EE.UU. a las víctimas de atentados terroristas, de los que acusan a Teherán.
El mes pasado, un grupo de “demandantes” intentó decomisar varios inestimables objetos persas en un museo de Chicago para satisfacer un juicio separado de 71,5 millones de dólares contra Irán. No obstante, la demanda fue bloqueada por el Gobierno iraní y la Universidad de Chicago.
Irán ha acusado a EE.UU. de “robar” sus fondos congelados en los bancos estadounidenses y europeos, y de “ridiculizar” a la justicia, por lo que prometido llevar a Washington ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (Holanda).
En abril de 2016, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, dijo que ya había “perdido todo sentido de respeto hacia la justicia” de EE.UU. después de que el Tribunal Supremo emitiera un fallo ordenando a Irán indemnizar a las llamadas “víctimas de terrorismo”, incluidos a los que sufrieron daños en los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas en Nueva York y contra el Pentágono en Washington (capital).
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