Uno de los cables publicados este domingo en Internet por el llamado Ejército Cibernético Yemení (ECY) muestra el interés y el esfuerzo de las autoridades de Riad por presionar a EE.UU. para que sancione a nuevos comandantes del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI).
En el documento secreto, redactado el 14 de febrero de 2012 por Mustafa bin Mohamad Habib Kowsar, secretario general de la oficina de los Países Asiáticos de la Cancillería saudí, para el vicecanciller de Asuntos Bilaterales, se puede apreciar un telegrama del ex-jefe de la Corte Real saudí, Khalid Al-Tuwaijri, en la que exige observar los cambios que se vayan a realizar en la comandancia general del CGRI.
En el telegrama se puede leer:
“El telegrama del jefe de la Corte Real (expresa el interés) sobre los cambios en la Comandancia del CGRI en diferentes puestos de mando y el interés de Istajbarat para llevar a cabo las coordinaciones necesarias con Estados Unidos con el fin de añadir sus nombres a la lista de sancionados internacionales y unilaterales (de EE.UU.), prohibir sus viajes y congelar sus propiedades. Siempre que Arabia Saudí no sea parte directa del tema.
Esta medida ofrendará un golpe anticipado y eficiente al régimen de Irán y al futuro político de estos individuos; al mismo tiempo, trasmitirá un mensaje directo a los comandantes del CGRI de que sus interacciones en la situación nacional está bajo observación internacional.
El jefe de la Corte Real quiere trasmitir la sugerencia del Istijbarat al ministro”.

Al final de la nota, se puede apreciar la sugerencia y la opinión del vicecanciller de Asuntos Bilaterales:
“Anteriormente, el Ministerio de Asuntos Exteriores había recibido una muestra de un telegrama emitido por el secretario general y miembro del Consejo Nacional (saudí) al servidor de los santuarios (de La Meca y Medina) en la que ratifica la opinión del servicio de Inteligencia (…)”.
El 21 de mayo, el ECY anunció que había hackeado los sitios de los Ministerios de Exteriores, de Defensa y del Interior saudíes, y que se había hecho con documentos secretos de los funcionarios de las últimas décadas.
El pasado 14 de abril, en apoyo a la Revolución yemení y en condena a los ataques aéreos de Arabia Saudí y sus aliados contra su territorio, el grupo hackeó la página Web del diario saudí Al-Hayat.
Además, el pasado 20 de junio, Wikileaks filtró unos 60.000 cables diplomáticos saudíes, procedentes de intercambios de correos electrónicos entre el Ministerio de Asuntos Exteriores y terceros países, así como informes confidenciales de otras carteras saudíes, y anunció que desclasificaría medio millón más en el futuro.
Nada más publicarse los documentos, la Cancillería saudí decidió censurar las páginas Web que los publican y pidió a sus ciudadanos evitar su divulgación y reproducción, para neutralizar amenazas contra la seguridad nacional.
Entre los numerosos documentos filtrados por Wikileaks se puede indicar varios que revelan las conspiraciones de Riad contra la República Islámica de Irán.
De acuerdo con una de las notas reveladas, la embajada de Arabia Saudí en Teherán (capital iraní) tenía planeado apoyar a los opositores al sistema político del país.
Otro de los documentos filtrados revela que el fallecido rey saudí, Abdolá bin Abdulaziz Al Saud, ordenó que, como fuera posible, impidieran que la cadena iraní de habla árabe Al-Alam siguiera transmitiendo.
En otra de las notas con fecha del 5 de abril de 2011, se puede apreciar que Riad ayudó a los afectados por las inundaciones en Tailandia para debilitar supuestamente la influencia de la República Islámica entre las comunidades musulmanas en ese país surasiático.
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