Anteriormente, el opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco) había anunciado que pedirá el recuento de hasta 60 % de los votos del referéndum, ante la eventual victoria del ‘Sí’.
El CHP cuestionó también la legitimidad del recuento de los votos en el referéndum de reforma constitucional por la decisión de la Comisión Superior Electoral (YSK, por sus siglas en turco) de aceptar votos sin el sello pertinente.
La YSK ha fracasado al permitir el fraude en el referéndum", ha denunciado el vicepresidente del partido opositor turco CHP, Bulent Tezcan.
"La YSK ha fracasado al permitir el fraude en el referéndum", ha denunciado el vicepresidente del CHP Bulent Tezcan en declaraciones a la prensa desde la sede de la formación en Ankara.
“Dicen que son válidas las papeletas y sobres sin sello oficial. Eso es ilegal. Eso quiere decir que se pueden traer votos de fuera”, ha criticado Tezcan.
Por su parte, el segundo partido de oposición, el Partido Democrático de los Pueblos (HDP, en kurdo), señaló en la red Twitter que va a impugnar los votos procedentes de "dos tercios" de las urnas. "Los datos que nos llegan indican que hay una manipulación del orden de 3 o 4 puntos porcentuales", afirmó.
El vocero de esta formación prokurda, Osman Baydemir, ha hecho saber que dos diputados de su partido acudieron al YSK para presentar una protesta.
Con el 100 % de los votos contados, el 51,41 % de los votantes en el referéndum apoya la reforma constitucional.
Unos 55 millones de turcos, con derecho a voto, estaban llamados a las urnas para decidir entre el ‘Sí’ o el ‘No’. Una respuesta afirmativa de los turcos sería la instauración de un sistema presidencial.
El No al cambio, será la continuación del actual sistema parlamentario. El Sí aumentaría los poderes del presidente, Recep Tayyip Erdogan y en caso de triunfar, le abriría el camino para que Erdogan, del Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), pueda gobernar hasta el año 2029, o, incluso, hasta el 2034.
Los favorables a la reforma afirman que daría estabilidad al país y mejoraría el crecimiento económico y la seguridad, mientras que la oposición teme que Turquía se convierta en una autocracia debido a los inmensos poderes que se atribuiría el presidente.
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