“Ya abrimos nuestra oficina diplomática en Jerusalén, porque reconocemos a Jerusalén como la capital de Israel”, afirmó el viernes Juan Orlando Hernández (JOH) durante una ceremonia para recibir un barco de guerra comprado al régimen de Tel Aviv.
El líder derechista anunció el traslado de la embajada en agosto pasado y abrió el mes siguiente una oficina comercial en Al-Quds como una extensión de la embajada de Honduras en Tel Aviv.
Trasladar una embajada a Al-Quds es muy polémico. El régimen israelí reclama a toda la ciudad como su “capital”, mientras que los palestinos ven a Al-Quds como la capital de su futuro Estado.
“Solo estamos esperando que Israel, recíprocamente como corresponde en los parámetros de nuestra diplomacia, abra su oficina (diplomática) en Tegucigalpa y nosotros estaremos trasladando la embajada a Jerusalén”, añadió Hernández.
El régimen de Israel está actualmente representado en Honduras por su embajada de Guatemala.
Guatemala fue uno de los primeros países que siguió el modelo del presidente de EE.UU, Donald Trump, quien trasladó la embajada estadounidense de Tel Aviv a Al-Quds en un acto provocativo que generó polémicas en Palestina y otras partes del mundo.
La iniciativa de Trump despertó el contundente rechazo de entes internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al considerar que viola el derecho internacional y pone en peligro la posibilidad de una solución pacífica al llamado conflicto palestino-israelí.
A su vez, Palestina denunció la decisión de Honduras de abrir una misión diplomática en Al-Quds (Jerusalén), aduciendo que es un “crimen contra el derecho internacional”.
“El derecho de los palestinos a Al-Quds como capital de su Estado independiente es un derecho sagrado. Es inaceptable [que esta ciudad] se use para ganar o vender posiciones políticas a favor de EE.UU. o Israel”, denunció en agosto el primer ministro palestino, Muhamad Shtayyeh.
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