París fue escenario de una marcha para conmemorar el sexagésimo aniversario de la sangrienta represión policial contra una protesta de argelinos en la capital francesa, en el último año de la guerra de independencia del país contra su potencia colonial.
El acto se organizó después de que el presidente, Emmanuel Macron, admitiera que los crímenes cometidos el 17 de octubre de 1961, que las autoridades intentar ocultar durante décadas, fueron inexcusables para la República. Sin embargo no pidió disculpas.
En la represión brutal, violenta y sangrienta, unos 12 mil argelinos fueron detenidos y cientos murieron y sus cuerpos se arrojaron al Río Sena. Los grupos de derechos humanos piden a las autoridades francesas que vayan más allá en el reconocimiento de las responsabilidades del estado en las tragedias y horrores relacionados con la guerra de independencia de Argelia y abrir más los archivos.
A su vez, el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune, criticó a su par galo por minimizar los crímenes durante el colonialismo. Pidió un enfoque lejos del pensamiento colonialista sobre cuestiones históricas entre su país y Francia.
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