En la antesala del crucial encuentro de clasificación mundial entre ambas selecciones, las calles de Oslo se llenaron de manifestantes en solidaridad con Palestina. Miles de ciudadanos ondeaban banderas palestinas y coreaban consignas por la paz, reflejando la profunda preocupación por la situación humanitaria en Gaza.
La movilización fue convocada por el Comité Palestina en Noruega bajo el lema “Tarjeta roja para Israel”. Miles de personas marcharon por el centro de la capital hasta las inmediaciones del estadio, mientras grupos independientes anunciaron concentraciones paralelas en distintos puntos de la ciudad.
La presidenta de la Federación Noruega de Fútbol, Lise Klaveness, se mostró partidaria de sancionar a Israel y declaró: “El tema no es Israel como equipo, sino el respeto a las normas de la FIFA y al derecho internacional. Más importante que cualquier partido es detener los bombardeos y lograr la liberación de los prisioneros”.
Aun así, según informó el diario británico The Guardian, la federación nunca consideró suspender el encuentro. Sin embargo, activistas como Lina Khatib, líder del Comité Palestina en Noruega, sostuvieron que el partido no debía realizarse: “Cuando los palestinos ni siquiera pueden jugar o moverse libremente, Israel no debería participar en el fútbol internacional”, afirmó.
A medida que se acercaba el inicio del partido, los organizadores llamaron a la calma entre los asistentes. Frente al estadio, los cánticos de “¡Palestina libre!” y los tambores llenaban el ambiente, recordando que, para muchos noruegos, ningún juego es más importante que la humanidad.
La guerra indiscriminada de Israel ha dejado más de 64 000 niños muertos o heridos, mientras 50 000 niños —320 000 de ellos menores de cinco años— corren el riesgo de sufrir desnutrición aguda.
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