Mediante un comunicado publicado el viernes, el Gobierno de Noruega anunció que los productos agrícolas construidos en los asentamientos israelíes en Cisjordania, Al-Quds (Jerusalén) y los altos de Golán, todos ocupados y anexionados por el régimen de Israel tras la guerra de junio de 1967, deben etiquetarse con su lugar de origen.
“Los bienes alimentarios procedentes de zonas ocupadas por Israel deben ser etiquetados con la zona de donde viene el producto y si provienen de una colonia israelí, si tal fuera el caso”, señala la nota, agregando que los asentamientos israelíes en los territorios ocupados no coinciden con los derechos internacionales.
La medida ha suscitado la ira del régimen de Tel Aviv. Al respecto, el canciller israelí, Yair Lapid, manifestó que esta decisión “afectaría negativamente a los lazos bilaterales entre Israel y Noruega”.
La Comisión Europea (CE) decidió este tipo de etiquetado en 2015 y lo recomendó a sus Estados miembros. La medida fue respaldada en 2019 por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Los productos israelíes, independientemente de que se produzcan en un asentamiento ilegal en los territorios ocupados palestinos o no, han sido, desde hace tiempo, objeto de las llamadas a ser boicoteados de la campaña del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que persigue aumentar la presión económica y política sobre el régimen ocupante de Israel.
Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también se han levantado voces que critican, en duros términos, la expansión de los asentamientos ilegales erigidos por el régimen israelí en Al-Quds y Cisjordania, así como las violaciones de los derechos humanos de los palestinos cometidas por el régimen de Tel Aviv.
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