Una encuesta, realizada por Verian Group y publicada el jueves en el diario conservador Le Figaro, indicó que Emmanuel Macron se ha convertido en el presidente más impopular de Francia.
El sondeo incluyó a 1000 personas y muestra un índice de aprobación de apenas el 11 % para Macron, la cifra más baja jamás registrada por la firma, lo que deja al futuro político del presidente francés cada vez más incierto.
El anterior récord lo ostentaba su predecesor François Hollande, quien alcanzó el mismo porcentaje a fines de 2016, poco antes de anunciar que no se presentaría a un segundo mandato.
La encuesta indica que Macron y Hollande comparten ahora el título del presidente menos popular de Francia desde principios de la década de 1970, cuando los encuestadores comenzaron a realizar el sondeo mensual para Le Figaro.
Otros estudios han confirmado la caída de popularidad de Macron, especialmente tras la impopular decisión de elevar la edad de jubilación y el estancamiento político provocado por la disolución del parlamento luego del triunfo de la extrema derecha en las elecciones europeas de 2024.
“Macron es adicto a las encuestas; debe estar ciego o sordo para no darse cuenta de que no le caen bien”, comentó al diario Politico un exasesor presidencial que habló de forma anónima. Según el exasesor, el presidente “tiene poca comprensión de las consecuencias que las reformas que cree necesarias podrían tener en el país”.
Mientras los tres primeros presidentes electos de la Quinta República Francesa, fundada en 1958, mantenían niveles de aprobación elevados, los índices actuales reflejan un descontento histórico.
La impopularidad de Macron se enmarca en un contexto más amplio de descontento hacia los líderes europeos. El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, apenas alcanza un 20 % de aprobación, según el agregador de encuestas “Poll of Polls” de Politico, mientras que el canciller alemán, Friedrich Merz, tocó un mínimo del 25 %, según un sondeo del Instituto Forsa para RTL/ntv publicado el martes.
El panorama refleja un aumento generalizado del escepticismo ciudadano hacia los líderes europeos, que coincide con decisiones impopulares y desafíos políticos internos en sus respectivos países.
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