Publicada: martes, 4 de noviembre de 2025 8:57

La ocupación a manos de estudiantes iraníes de la Embajada de Estados Unidos en Teherán, la capital de Irán, en noviembre del año 1979, se constituyó en un punto de inflexión clave para la marcha revolucionaria del país.

Efectivamente, pocos meses después del triunfo de la Revolución Islámica de Irán, en febrero del año 1979 que sacudió el escenario político mundial y en especial la región de Asia Occidental que, hasta ese febrero de 1979, tenía a la monarquía de los Pahlavi como  centro neurálgico del poder hegemónico estadounidense en la región, aconteció un hecho que marcaría el rumbo, no sólo de la política exterior  iraní, sino que en el plano interno, consolidaría el poder revolucionario de la nación persa: me refiero a la toma de la embajada de los Estados Unidos en Teherán.

Dicha acción, llevada a cabo por estudiantes iranies, se constituyó en un hecho clave, para consolidar el rumbo antimperialista, con un carácter profundamente islámico consignando así un referente nuevo en materia de los dos grande bloques políticos e ideológicos que dominaban el mundo en ese momento. Una acción que sorprendió a Washington y que mostró la fortaleza y convicciones de las filas revolucionarias evidenciando que la intromisión de Estados Unidos en la marcha del país no tendría espacio alguno.

Un Estados Unidos que, no sólo había dominado un cuarto de siglo a Irán, a través de la monarquía títere y subyugada de la dinastía Pahlavi, sino que, tras el triunfo revolucionario seguía ejerciendo un papel desestabilizador y claramente tendiente a impedir el afianzamiento político, administrativo, económico y de seguridad nacional de la revolución islámica.

Esto, a través, precisamente, de los planes acciones diseñados y ejecutados desde la sede diplomática de Washington en Teherán: el nido de espías como fue denominado por los estudiantes que ocuparon la embajada del Gran Shaytan 9 meses después de la década del alba. Hoy, ese nido de intrigas, desestabilización y espías está convertido en un Museo, que nos rememore la necesidad de no descuidar nuestros pasos, de saber quién es ese poder arrogante y la manera de combatirlo.

Una toma que tuvo su empujón político y catalizador tras las acusaciones del Imam Jomeini que dicho recinto diplomático era un centro de intrigas y espionaje destinado a desequilibrar a la naciente revolución islámica. Un espacio de espías y roedores de las aspiraciones de cambio del pueblo iraní.  Una legación muy alejada de supuestas labores diplomáticas, y destinada, claramente, a interferir los asuntos internos del país.

Esa tarea de impedir el desarrollo de la naciente revolución islámica se hacía mediante el apoyo a la oposición, el sabotaje, las acciones contrarrevolucionarias con resultado de la muerte de ciudadanos iraníes. Otorgando soporte financiero, logístico y material a aquellos que defendían los intereses hegemónicos occidentales en el país, sobre el cual ya no tendrían control ni esquilmarían ni ocuparían más como portaviones terrestre del imperialismo.

Nada distinto a lo que Irán sufrió durante, al menos 25 años si consideramos el Golpe de Estado llevado cabo por Estados Unidos, a través del servicio de inteligencia estadounidense (CIA) y el servicio de inteligencia británico (MI6) el año 1953 mediante el llamado Plan Ajax (1) destinado a derribar el gobierno democrático del primer ministro Mohamad Mosadeq. Esto, con el objetivo retrotraer así la nacionalización del petróleo decidida por esta autoridad iraní elegida democráticamente.

Un proceso golpista llevado a cabo por Washington y su aliado británico que bajo el segundo gobierno el primer ministro Winston Churchill presionó fuertemente para evitar la nacionalización de los recursos petroleros de Irán, sobre el cual Londres pretendía una posesión ilegítima.

Operación Ajax que, sólo el año 2000 permitió revelar mediante informes de inteligencia desclasificados, la relación entre los mencionados servicios de inteligencia de la alianza Estados Unidos-Gran Bretaña. El año 2009 bajo la presidencia de del ex presidente estadounidense Barack Obama se admitió la participación de Estados Unidos (2) en lo que se considera el primer golpe de estado patrocinado por la CIA, que el año 2003 reconoció públicamente que el golpe propiciado contra Mosadeq fue antidemocrático – como si no lo supiéramos, pero, viniendo del enemigo resulta útil.

Ante esa declaración la misión de Irán ante las Naciones Unidas señaló mediante un comunicado “El reconocimiento de Estados Unidos nunca se tradujo en un acto compensatorio ni en un compromiso genuino de abstenerse de interferir en el futuro, ni cambió su política subversiva hacia la República Islámica de Irán” (3)

Efectivamente la operación Ajax ha sido parte de propósitos similares, perseguidos, por Estados Unidos y los suyos, destinados a frenar la decisión del pueblo iraní de marchar por rumbos distintos, fundamentalmente tras el triunfo de la revolución islámica en febrero de ese año 1979. Por tanto, el papel activo, con claros objetivos políticos y comunicacionales llevados por los estudiantes que aquel 4 de noviembre de 1979 al tomar la embajada de Estados Unidos, con la retención de sus 52 agentes de inteligencia que cumplían labores de desestabilización, era un acto indispensable, fundamental en los objetivos de consolidación del triunfo revolucionario.

Un dar muestra que no había lugar a dudas en materia de avanzar sin transar en lo esencial. El enfrentar a la principal potencia militar del mundo es un acto de enorme valentía. Esto, a pesar de las amenazas de intervención militar e incluso operaciones de rescate fallidas por parte del ejército estadounidense. Tal como aconteció con la denominada “Operación Garra de Águila” que tenía el objetivo de rescatar a los 52 agentes de inteligencia retenidos por estudiantes iranies en la sede diplomática de Washington en Teherán.

Una operación militar en la cual el gobierno de Jimmy Carter en Estados Unidos, el día 25 de abril del año 1980 mediante la Delta Force con tres aviones de carga C130 Hércules y ocho helicópteros violaron el espacio aéreo iraní con resultados desastrosos en el desierto de Taba, en el centro de Irán: la muerte de ocho militares y la destrucción de parte del equipo aéreo usado en este intento de rescate. Irán le ha recordado permanentemente su humillación y que “a Estados Unidos y su humillante derrota en la Operación Garra de Águila en el desierto de Tabas en 1980, aconsejando a Washington que aprenda lecciones de su fiasco histórico y más de cuatro décadas de hostilidad hacia la resistente nación iraní” (4)

La toma de la embajada, frente al papel desestabilizador del gobierno estadounidense no dejaba otra opción que actuar frente a esa conducta injerencista, golpista, criminal, violatoria de todo lo que huela a derecho internacional y que Washington suele denominar “defensa de su seguridad nacional” aunque se encuentre a miles de kilómetros de su territorio. Cuando se trata del imperialismo no hay opción posible:  hay ue actuar decididamente. Y, la toma de la embajada fue ese acto crucial, necesario, justo y decisivo para demostrar a los enemigos externos e internos de la revolución islámica que no había vuelta atrás.

Un acto revolucionario que enfrentó, desde el primer momento, las intrigas y narrativas mediáticas de aquellos que controlan aún los medios de desinformación y manipulación presentando la acción de los estudiantes como un ataque a la diplomacia, al derecho internacional, ocultando que esas violaciones eran permanentes por parte de la Embajada y los agentes de inteligencia adscritos a ella.

Una visión muy alejada de la versión de los jóvenes revolucionarios, de aquellos estudiantes que, desde el inicio de su acción presentaron aquella gesta como “la toma de un nido de espías” y que con su acción dieron paso a una nueva visión de lucha contra los poderes arrogantes. No en balde el 4 de noviembre, desde aquel día del año 1979 se conmemora el “Día nacional de la lucha contra la arrogancia global y el Día del estudiante”

Tomo en esto un análisis que comparto respecto a esa línea discursiva de aquellos medios occidentales, que, hasta el día de hoy, con Estados Unidos a la cabeza, se esforzaron por “trasladar al mundo su versión de los hechos dentro de la categoría «crisis de la toma de rehenes en Irán», frente a la versión de los revolucionarios, que los presentaban como «la toma de un nido de espías». Su objetivo era, poniendo de relieve la detención de los empleados de la embajada ―que en realidad eran la mayoría agentes de la CIA en Irán― ocultar tras eslóganes sobre derechos humanos la cuestión del espionaje a una nación y la violación de sus derechos” (5)

El líder religioso de Irán, Seyed Ali Jamenei, en un encuentro masivo con jóvenes secundarios y universitarios a propósito del aniversario N° 46 de la toma de la Embajada  de Estados Unidos les recordó a esos estudiantes que las legaciones diplomáticas “de los distintos Estados suelen disponer de una sección de inteligencia y es normal que recopilen información sobre el país en el que se encuentran, pero la embajada estadounidense en Teherán era en 1979 un auténtico «centro de conspiración para echar abajo la Revolución Islámica», y los jóvenes que asaltaron la legación hallaron en ella los documentos que lo probaban.

Por ello, señala el líder iraní, la toma de ese nido de espías fue “el descubrimiento de un complot contra la Revolución Islámica, que había triunfado en el mes de febrero de ese año. Fueron los estudiantes quienes lo hicieron, ¡bravo por ellos! Lograron reunir las pruebas y comprender lo que ocurría en ese recinto diplomático”

El análisis de la toma de la Embajada estadounidense y sus efectos en la política interna y externa nos permiten dar cuenta de una serie de elementos centrales derivada de esa acción contra el poder arrogante y hegemónico representado por Estados Unidos:

  • En primer lugar, el concretar una identidad revolucionaria claramente en línea con el Imam Jomeini y sus directrices, en plena pugna con sectores reformistas y aquellos que se resistían al find el antiguo régimen.
  • Contrarrestar aquellas amenazas am la revolución proveniente de sectores dominados por ambiciones que no estaban en línea con la revolución.
  • Consolidación de una identidad propia en el marco de pugna internacionales dominadas por el bloque del imperialismo estadounidense y el bloque del mundo socialista.
  • Fortalecimiento de un sentimiento antimperialista y de apoyo a los pueblos por su autodeterminación, como es el caso del pueblo palestino. Prueba de ello es que, a los pocos meses del triunfo revolucionario, el Imam Jomeini instauró el “Día mundial de Al Quds” mostrando la centralidad de la línea política exterior en la región por parte de la nación persa. Se define el rumbo en política exterior.
  • En el marco de la disputa interna por la consolidación revolucionaria se alza el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica
  • La línea política estratégica, la visión establecida por el Imam Jomeini se consolida como la fuerza estructurante en Irán.

La toma de la Embajada, su esencia política y el desarrollo de la revolución islámica demostró que las diferencias entre irán y Estados Unidos, no pasaban por elementos accidentales, fortuitos, dados al fragor de luchas políticas.

El Ayatolá Alí Jamenei ha recalcado que las diferencias existentes entre ambos países y así ha quedado demostrado en 46 años de revolución, no son circunstanciales, de un momento dado, no son tac ticas, sino inherentes a la naturaleza distinta de ambas partes. De lo que se trata, añadió el líder religioso iraní “es el enfrentamiento entre los intereses de dos corrientes: la corriente de Estados Unidos y la corriente de la República Islámica».

Lo señalado me permite traer a colación lo expresado por el ayatolá Seyed Alí Jamenei en la conmemoración de los 11 años de la toma del nido de espías – en su primer año como líder religioso de la revolución islámica tras la muerte del Imam Jomeini – En dicha ocasión señaló “Si bien el triunfo de la Revolución islámica en febrero de 1979 fue el primer paso en ese combate, la formación de los bandos del islam y la Arrogancia se selló de modo más patente que nunca con la toma del Nido de Espías de Estados Unidos. En esa ocasión, aquellos a los que siempre se había considerado pequeños se alzaron frente a ese Estados Unidos que siempre se había mostrado grande y cambiaron el terreno de juego” (6)

46 años después en el mencionado discurso dado en Teherán a los jóvenes secundarios y universitarios, herederos de aquella juventud del del 4 de noviembre de 1979 Seyed Ali Jamenei sostuvo, ante ciertas interrogantes respecto a las relaciones entre Irán y Estados Unidos y si la nación persa podría cooperar con aquel país “Los estadounidenses dicen a veces que desean cooperar con Irán. Si dejan de lado todo apoyo al régimen sionista, retiran sus bases militares de Asia Occidental y cesan las injerencias en esta región, sería entonces posible tomarlo en consideración”. Claridad, transparencia y franqueza. No hay doble discurso.

Como no lo ha sido con respecto a cada una de las acciones que la Revolución Islámica de irán ha llevado a cabo en defensa de su revolución: desde la labor de joyería establecida para la liberación de los retenidos en la otrora Embajada de Estados Unidos en Teherán, conocida como “nido de espías” durante 444 días tras la firma de los “Acuerdos de Argel” en enero del año 1981. La sagrada defensa durante ocho años de una guerra de agresión llevada a cabo por Irak e impulsada por las potencias occidentales hegemónicas.

Un Acuerdo Nuclear violado permanentemente por Estados Unidos y la Troika Europea con un proceso de desestabilizaciones, sabotajes, sanciones, bloqueos. Y, finalmente las “Operaciones Promesa Verdadera I, II y II” en el último año y medio y que han mostrado la fortaleza, valor y decisión del pueblo iraní. Todo concatenado en 46 años de revolución y que exhibe al proceso revolucionario como un referente para los pueblos.  

Pablo Jofré Leal

Periodista. Analista Internacional

Artículo para HispanTV.

  1. La Operación Ajax fue dirigida dirigido por el oficial superior Kermit Roosevelt Jr., nieto del presidente estadounidense Theodore Roosevelt. En el transcurso de cuatro días en agosto de 1953, Roosevelt orquestó no uno, sino dos intentos de desestabilizar el gobierno de Irán, cambiando para siempre la relación entre ese país y los Estados Unidos.

https://www.hispantv.com/noticias/opinion/599807/operacion-ajax-golpe-estado-iran

  1. https://www.izquierdadiario.es/Iran-1953-el-primer-golpe-de-Estado-orquestado-por-la-CIA
  2. https://www.latimes.com/espanol/eeuu/articulo/2023-10-28/la-cia-admite-publicamente-que-el-golpe-de-estado-que-respaldo-en-iran-en-1953-fue-antidemocratico
  3. En un comunicado emitido hace un par de años atrás, en el 43 aniversario de la operación militar estadounidense fallida, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán dijo que el país tiene una “autoridad creciente” y sigue haciendo ineficaces las sanciones y amenazas estadounidenses. “El 25 de abril de 1980 recuerda el agresivo ataque de las fuerzas especiales de combate del régimen estadounidense a la integridad territorial de la República Islámica de Irán y su entrada ilegal en el desierto de Tabas”, decía. “La acción agresiva y la violación de las normas internacionales por parte del criminal ejército estadounidense contra la integridad territorial de Irán se encontró afortunadamente con un fracaso ejemplar a la luz de la gracia divina”. https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/04/27/iran-conmemoran-el-43o-aniversario-del-fracaso-de-la-operacion-militar-estadounidense-garra-del-aguila-en-el-desierto-de-taba/
  4. https://spanish.khamenei.ir/news/4532
  5. Declaraciones de Seyed Alí Jameneí el 4 de noviembre de 1990. https://spanish.khamenei.ir/news/4532