• El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y su homólogo español, José Manuel García-Margallo, firman un acuerdo en el Palacio de Santa Cruz en Madrid. 19 de octubre de 2015
Publicada: martes, 20 de octubre de 2015 11:56

El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y el canciller español, José Manuel García-Margallo, firmaron el domingo la declaración de intenciones para limpiar Palomares (Almería) de la radiactividad dejada por el accidente nuclear.

Esa firma es el primer paso de un proceso que será largo y costoso: trasladar a EE.UU. hasta 50.000 metros cúbicos de tierra contaminada costará unos 640 millones de euros y exigirá un tratado internacional que deberán ratificar las Cortes salidas de las elecciones del próximo 20 de diciembre, lo que retrasará unos meses su entrada en vigor, informa el diario El País.

Según fuentes conocedoras de la negociación que han mantenido en los últimos meses representantes de ambos gobiernos, la mayor parte del coste, unos 500 millones, corresponderá al almacenamiento en EE.UU. de las tierras contaminadas, mientras que el tratamiento de los residuos, su compactación, empaquetamiento y transporte llevará otros 140 millones.

Para darse una idea de la complejidad de la operación, basta decir que está previsto construir una carretera especial para trasladar en camiones entre 40.000 y 50.000 metros cúbicos de tierra contaminada desde la pedanía almeriense al puerto de Cartagena, a unos 100 kilómetros, para su embarque. Y habrá que suscribir seguros de responsabilidad civil frente a posibles percances durante el traslado.

Dos de las bombas que impactaron en Palomares son exhibidas en el National Atomic Museum de Albuquerque, Nuevo México (EE.UU.).

 

Las dos partes admiten que la operación se financiará conjuntamente, aunque no se ha determinado qué carga asumirá cada una. Lo lógico, según las fuentes consultadas, es que el almacenamiento corra por cuenta de EE.UU., ya que es el responsable exclusivo de la contaminación, mientras que la preparación y traslado de los residuos la asumirían ambas partes.

Aunque en la declaración firmada el lunes no se especifica el destino de las tierras contaminadas y solo se dice que se depositarán “en un emplazamiento adecuado de Estados Unidos”, un informe de enero pasado del Departamento de Energía de dicho país apuntaba al Sitio de Seguridad Nacional de Nevada, en una zona desértica a 100 kilómetros al noroeste de Las Vegas.

La ejecución del acuerdo podría prolongarse entre 12 y 24 meses, dependiendo de la complejidad de los trabajos previos y de si el traslado hasta un puerto estadounidense del Pacífico se hace en uno o varios fletes.

Los dos ministros responsables subrayaron que el acuerdo refleja la excelente relación bilateral. Kerry añadió que su país “asumirá su responsabilidad”, mientras que Margallo indicó que se trata de “reparar el error que se cometió hace 50 años” y “hacerlo ya” para que, “cuanto antes, Palomares vuelva a la normalidad que tenía antes de 1966”.

El 17 de enero de 1966, el cielo de Palomares (Almería) vivió el mayor accidente con armas nucleares sobre población civil de la historia. Un bombardero estadounidense colisionó en pleno vuelo con el avión nodriza del que repostaba. Cayeron cuatro bombas termonucleares, más potentes que las de Hiroshima (Japón). Dos fueron recuperadas intactas y dos liberaron parte de su carga radioactiva.

Aunque parezca increíble, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) acaba de concluir el primer gran análisis detallado de la radiación en Palomares. No hay riesgo para la salud, pero la zona contaminada ha pasado de 90.000 metros cuadrados a 300.000 por el descubrimiento de una gran bolsa de contaminación radiactiva.

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