“Que nadie lo dude, España seguirá unida, admirada en el mundo y siendo un ejemplo de democracia, libertad y respeto a los derechos de las personas”, ha dicho Rajoy este domingo en el discurso de clausura de la convención nacional del gobernante Partido Popular (PP) en Sevilla, en el sur del país.
Pese a la pose triunfalista, el jefe del Ejecutivo español ha tenido que tragarse el sapo en los últimos días de la liberación en Alemania del expresidente autonómico catalán Carles Puigdemont por el tribunal regional de Schleswig-Holstein, a la espera de su extradición sólo por el delito de malversación de fondos —y no rebelión—.
Rajoy ha defendido aun así su gestión de “la mayor crisis” que ha debido afrontar en sus ya 7 años de Presidencia, marcados también por un crecimiento inaudito de la deuda pública, la caída del nivel de vida de millones de personas y los constantes escándalos de corrupción de la clase política y, en particular, del PP.
Centrándose sin embargo en el “desafío” del separatismo, el presidente del Gobierno español ha defendido la tutela impuesta por Madrid desde octubre pasado al autogobierno de Cataluña, en el noreste del país, como “mecanismos que tuvimos que desarrollar” y como “fortalezas que quedan para el futuro”.
Que nadie lo dude, España seguirá unida, admirada en el mundo y siendo un ejemplo de democracia, libertad y respeto a los derechos de las personas”, afirma el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
En adelante, ha advertido en este sentido, “todos tienen más claro lo que pasaría” si se vuelve a plantear un reto similar al del referéndum independentista del 1 de octubre, celebrado pese a prohibirlo el Tribunal Supremo del país, y a la posterior declaración independentista del Parlamento autonómico.
“Ha quedado claro que actuar al margen de la ley tiene consecuencias y muy graves”, ha recalcado, en velada alusión al encarcelamiento preventivo desde hace meses de varios líderes del movimiento independentista y a los procesos en curso, que podrían sumar condenas de cientos de años de cárcel, tomadas en su totalidad.
Respecto al bloqueo político creado en Cataluña tras la intervención de la autonomía, Rajoy ha apelado a la investidura de un presidente regional “viable”, que “respete la ley” y que “gobierne para todos los catalanes” y que “empiece a trabajar para reconstruir la convivencia que el malhadado Procés se ha llevado por delante”. Los independentistas proponen en la actualidad al preso Jordi Sànchez.
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