El Gobierno catalán mantiene la convocatoria del referéndum, mientras miles de estudiantes defienden el referéndum en la calle.
Con paso firme ha llegado el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, a la reunión de todos los cuerpos de seguridad, convocada de urgencia por él mismo. El presidente se ha encontrado con Diego Pérez de los Cobos, el enviado del Estado para coordinar el operativo del referéndum. La Generalitat ha criticado su autoridad y ha defendido la competencia de los Mossos, mientras ha asegurado que la policía autonómica no actuará si hay riesgo de altercados.
La Generalitat y el Estado no han llegado a ningún acuerdo, pero ambos han intentado rebajar la tensión, instando a mantener la convivencia pacífica. El Gobierno español ha asegurado que permitirá la libertad de expresión, pero ha exigido el acatamiento de la legalidad.
El mismo día que la Guardia urbana de Barcelona ha empezado a custodiar urnas, miles de estudiantes se han movilizado en pro del referéndum. Con el decreto de dos días de huelga en universidades y centros de secundaria se convierten así en punta de lanza de la resistencia hacia la autodeterminación.
Distintos colectivos profesionales, bomberos, abogados, profesores o clubes de futbol han defendido la votación del 1 de octubre. Los alcaldes investigados por la consulta han reclamado apoyo a la comunidad internacional, mientras el Banco de España ha considerado que la tensión en Cataluña puede amenazar la economía.
Oriol Puig, Barcelona.
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