En una carta publicada este martes y enviada al director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, el embajador iraní ante las organizaciones internacionales radicadas en Viena, capital austriaca, Kazem Qarib Abadi, ha expresado la “seria preocupación” del país persa por “las continuas conductas irresponsables de EE.UU.” en violación de “sus compromisos multilaterales y el derecho internacional para impedir las cooperaciones nucleares internacionales con fines pacíficos”.
“EE.UU. debe asumir la plena responsabilidad de las consecuencias de sus acciones delictivas. El Gobierno de EE.UU. debe levantar estas restricciones y obstáculos creados contra las cooperaciones internacionales en materia del uso pacífico de la energía nuclear”, ha destacado.
De este modo, el diplomático persa ha hecho alusión a la decisión de Washington de cancelar, el 27 de mayo, las exenciones que permitían al resto de países colaborar con Irán en el ámbito nuclear, una medida que se suma a otros embargos que ha adoptado el país norteamericano a fin de evitar que Irán, los otros Estados firmantes del acuerdo nuclear, conocido como Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), así como la comunidad internacional, puedan implementar, de manera considerable, sus compromisos asumidos en virtud de este pacto.
“Las medidas ilegales de EE.UU. contravienen el estatuto de la Agencia y los compromisos recogidos en las resoluciones de la Conferencia General (de la AIEA), además de que contravienen las cooperaciones y actividades nucleares estipuladas en el PIAC y la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU). No solo viola la Carta de las Naciones Unidas, sino que puede obstaculizar principalmente la plena implementación del PIAC”, ha denunciado.
De igual modo, ha recordado al ente nuclear su obligación de brindar asistencia a sus Estados miembros en la utilización de la ciencia y la tecnología nucleares con fines pacíficos, y facilitar las cooperaciones y la transferencia de tecnología y conocimientos nucleares de manera sostenible a los países.
Sin embargo, Qarib Abadi ha dejado claro que las “medidas ilegales de EE.UU. tienen efectos destructivos en las cooperaciones y las actividades nucleares internacionales de uso civil” determinadas en el PIAC y crea obstáculos prácticos y técnicos en la implementación de este acuerdo por parte del resto de países que lo rubricaron –China, Rusia, Francia, el Reino Unido y Alemania– y la comunidad internacional.
“Los miembros de la Agencia deben cumplir con su responsabilidad y reaccionar de forma adecuada a las conductas ilegales de EE.UU., que pone en peligro las cooperaciones internacionales en materia de energía y tecnología nuclear”, ha reclamado.
El embajador persa ha reclamado al titular de la AIEA que refleje en sus informes las violaciones de EE.UU. de sus compromisos.
En mayo, Washington puso fin a las exenciones a la cooperación internacional para la reconstrucción del reactor de agua pesada de Arak y el suministro de uranio enriquecido para el reactor de investigación de Teherán (capital iraní), así como a la exportación iraní de combustible gastado y desechado del mismo reactor de investigación, además de sancionar a dos científicos iraníes.
EE.UU., tras acusar a Irán de violar el acuerdo nuclear alcanzado en 2015, abandonó en mayo de 2018 el convenio y volvió a imponer al país persa las sanciones que había levantado en virtud del mismo. Eso mientras la AIEA ha constatado en varias ocasiones el pleno respeto de Teherán al pacto, algo que confirma que sus actividades nucleares tienen fines pacíficos.
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