Casi todos los países participantes en la reunión extraordinaria de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) —celebrada el martes en La Haya a petición de Irán— condenaron el ataque del régimen israelí contra instalaciones químicas iraníes, calificándolo como una flagrante transgresión de las normas internacionales.
El embajador iraní en los Países Bajos, Hadi Farayvand, denunció ante el organismo que los bombardeos afectaron a infraestructuras civiles, incluyendo complejos petroquímicos y centros de investigación, con un saldo de víctimas mortales entre científicos y académicos.
También, el funcionario iraní advirtió sobre los riesgos de contaminación química, daños ambientales y la amenaza a instalaciones estratégicas.
Durante su intervención, el representante iraní acusó a Israel de violar repetidamente el derecho humanitario, evadir su adhesión a los tratados sobre armas de destrucción masiva y tener un historial de ataques similares en Siria y Líbano.
Farayvand subrayó que el régimen de Tel Aviv, pese a firmar la Convención de Armas Químicas en 1993, nunca la ratificó y ha cometido numerosas infracciones. Ante esto, Irán propuso la creación de un grupo de trabajo para establecer medidas vinculantes que protejan este tipo de instalaciones durante conflictos.
La reunión se celebra en reacción a una agresión de 12 días del régimen israelí contra Irán, durante la cual Israel atacó varias instalaciones nucleares y depósitos de combustible, entre otros objetivos militares y civiles, provocando graves daños ambientales.
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