El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, continuando con sus declaraciones injerencistas en los asuntos internos de Irán so pretexto de los disturbios, dijo el viernes que, durante los últimos tres meses, se impusieron más de 300 sanciones a Irán.
“Hemos sancionado a más de 40 funcionarios iraníes. En total, hemos sancionado a más de 300 personas y entidades, incluido el CGRI [el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica] en su totalidad”, precisó el canciller británico en su cuenta de Twitter.
Desde el comienzo de los alborotos en Irán, el Gobierno británico tiene un papel notable en la guerra híbrida de Occidente contra Teherán, ya sea imponiendo sanciones o creando propaganda falsa a través de los medios de comunicación.
Tras la muerte de la joven Mahsa Amini, el Reino Unido y la Unión Europea (UE) han impuesto varias tandas de sanciones contra individuos y entidades iraníes bajo pretexto de las violaciones de los derechos humanos y represión de protestas.
Las autoridades iraníes denuncian que los actos vandálicos forman parte de un plan diseñado y financiado por Estados Unidos, Israel y varios países europeos para desestabilizar el país persa y cambiar el sistema gobernante en la República Islámica.
En el caso de Londres, Teherán le aconseja que, en vez de entrometerse en los asuntos de Irán, se ocupe de resolver los problemas y la discriminación que sufre la nación británica.
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