Según un comunicado del Departamento del Tesoro de EE.UU., emitido el jueves, Mohamad Nur al-Din y Hamdi Zaher al-Din, son acusados de lavar diner÷o y ayudar a la financiación del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
La nota, firmada por Adam J. Szubin, subsecretario interino del Tesoro de Inteligencia Financiera y Terrorismo, Nur al-Din tiene vínculos con Hezbolá en Líbano e Irak y ha realizado operaciones financieras para ese grupo a través de una extensa red en Asia, Europa y Oriente Medio.
Asimismo, Washington incluye en la lista de terroristas internacionales a la entidad libanesa Trade Point International S.A.R.L., controlada por Nur al-Din, y de la que es empleado Zaher al-Din.
En tanto, el Departamento ordena la congelación de cualquier activo que esas personas o esa empresa puedan tener bajo la jurisdicción estadounidense y la prohibición a los ciudadanos del país norteamericano hacer negocios o transacciones con ellos.
No es la primera vez que el Gobierno de EE.UU. establece sanciones contra Hezbolá y personas y empresas relacionadas con este grupo de resistencia. El pasado 16 de diciembre, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un paquete de duras sanciones contra los bancos que mantienen negocios con Hezbolá.

El pasado 17 de noviembre, el Senado de Estados Unidos aprobó este proyecto de ley, propuesto por los senadores Marco Rubio y Jeanne Shaheen, que recibió fuertes reacciones de los líderes de Hezbolá.
El mes de julio, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció sanciones contra tres altos responsables militares de Hezbolá por su “papel clave” en los avances del Ejército sirio.
En respuesta, el secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasrolá, restó importancia a estos embargos, asegurando que la Resistencia libanesa continuará su lucha contra los grupos takfiríes y la ocupación israelí.
El movimiento libanés se fundó en 1985, tras la invasión y ocupación del régimen israelí del sur de El Líbano.
Desde entonces, Hezbolá siempre ha desempeñado un rol relevante en la región al fortalecer su poderío tanto militar como diplomático, además de marcar significativos avances en su lucha antiterrorista en la región de Oriente Medio. Este movimiento fue un elemento vital en el fracaso de varios de los ataques del régimen de Tel Aviv contra su vecino libanés, en particular durante el año 2000.
No obstante, en 2001 EE.UU. declaró a Hezbolá como un grupo terrorista por, según alega Washington, sus apoyos al Gobierno de Siria en el marco de la crisis siria.
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