En una entrevista concedida a MSNBC el jueves por la noche, el saliente presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó que durante las primeras semanas del genocidio israelí en la Franja de Gaza —hace 15 meses— le pidió, en una conversación, al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que evitara bombardear a los civiles en el enclave costero palestino.
Detalló que Netanyahu, le respondió, señalando que los estadounidenses también utilizaron bombardeos masivos contra Berlín, capital alemana, así como ataques nucleares contra Nagasaki e Hiroshima en Japón en 1945.
Biden dijo que el premier israelí respondió a sus preocupaciones diciendo “Ustedes mataron a miles de civiles inocentes porque tenían que hacerlo para ganar la guerra”.
El saliente inquilino de la Casa Blanca ha sido ampliamente criticado por armar la máquina de matar israelí en Gaza y por evitar un alto el fuego, vetando varias veces las resoluciones para detener el conflicto sangriento. Casi 47 000 personas, en su mayoría mujeres y niños, murieron como consecuencia de los bombardeos indiscriminados israelíes en la franja palestina.
El régimen israelí enfrenta una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por el genocidio en Gaza y el propio Netanyahu y el exministro de asuntos militare israelí Yoav Gallan enfrentan órdenes de arresto emitidas por la Corte Penal Internacional (CPI) por los “crímenes de guerra” y “crímenes de lesa humanidad” cometidos contra los palestinos durante la guerra en curso.
Esta, sin embargo, no fue la primera vez que las masacres contra civiles en la II Guerra Mundial se utilizaron para justificar las atrocidades israelíes contra el pueblo palestino.
En diciembre de 2023, el senador estadounidense proisraelí, Lindsey Graham, también respondió a las críticas sobre la masacre de civiles palestinos por parte de Israel diciendo: “¿Le preocupaba al pueblo estadounidense cuántas personas morían para destruir Tokio o Berlín?”.
Durante la II Guerra Mundial, las fuerzas aéreas aliadas, principalmente las de Estados Unidos y el Reino Unido, mataron a millones de civiles alemanes y japoneses mediante bombardeos deliberados de áreas civiles.
Aparte de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, los ataques aéreos aliados más mortíferos contra civiles fueron el bombardeo de Tokio del 10 de marzo de 1945, que dejó 100 000 personas muertas, y el bombardeo de Dresde (Alemania) con un saldo de alrededor de 200 000 muertos, según algunas estimaciones.
Muchos de los bombardeos aliados se realizaron con bombas incendiarias diseñadas específicamente para maximizar la destrucción y las muertes de civiles. A pesar de esto, ningún comandante aliado fue procesado por estos crímenes.
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