Este edificio en Washington alberga los cuarteles generales de la Liga Anti-difamación o ADL, por sus siglas en inglés. La ADL es el instrumento de acoso y terrorismo institucional en contra de los partidarios de la solidaridad con Palestina.
La ADL básicamente se ha dedicado a humillar y documentar a todo aquel que se pronuncia en contra de la entidad etno-nacionalista, racista y xenofóbica conocida como “Israel”. Si uno critica el genocidio, limpieza étnica y masacre de los que somos testigos, la ADL automáticamente tacha a esa persona de “Antisemita”, destaca Enlha Kepl, activista por DDHH en Palestina.
El organismo, fue creado originalmente en torno al caso de Leo Frank, sionista pedófilo e infanticida. Así, desde 1913, la ADL se caracteriza por campañas en favor de las ideologías extremistas que componen la macabra cornucopia del sionismo.
Durante varias décadas la opinión pública en EE.UU. ha sido objeto de la falsa narrativa del sionismo, que no solamente distorsiona la historia, sino que se ha dedicado a ocultar la realidad de un genocidio y limpieza étnica que comenzó hace más de 76 años.
Así, con esta pauta, en 2025 y bajo la tutela del gabinete pro-sionista de Donald Trump, los estadounidenses serían testigos del “Proyecto Esther”, una iniciativa de la Fundación Heritage, ADL, AIPAC y sectores del Partido Republicano.
La agenda promueve el terrorismo institucional, estableciendo vínculos entre organismos sionistas con el Departamento de Justicia, el FBI y otros.
El propósito es criminalizar, acosar, violentar y perseguir a todos los adherentes a la solidaridad con Palestina.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
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