Un artículo publicado el jueves en la revista estadounidense Foreign Policy, tras analizar los datos de la agencia de cooperación de seguridad de defensa del Departamento de Defensa de Estados Unidos, dio a conocer que las ventas de armas del país norteamericano a sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han aumentado de 15,5 mil millones de dólares en 2021 a 28 mil millones de dólares en 2022.
Eso muestra un cambio masivo en la política de seguridad de los países europeos después de que Rusia comenzó un operativo militar en el territorio ucraniano, concluya la revista.
“Los europeos están extremadamente preocupados por no tener suficiente equipo militar tras masivos suministros a Ucrania”, explica la analista del think tank estadounidense Atlantic Council, Rachel Rizzo, agregando que Washington vende a los países europeos el armamento que necesitan para reponer lo que han vendido a Kiev.
Mientras tanto, el complejo militar-industrial de Estados Unidos se ha convertido en el beneficiario clave del conflicto en Ucrania.
Polonia y los países bálticos Estonia, Letonia y Lituania se encuentran entre los compradores activos de armas estadounidenses.
Desde el comienzo de la operación militar rusa en Ucrania, el 24 de febrero, EE.UU. y sus aliados de la OTAN han destinado cientos de millones de dólares al envío de armas a Ucrania.
Rusia, que culpa al Occidental por el conflicto en Ucrania, ha advertido una y otra vez sobre el flujo de armas hacia el país eslavo. Avisa que asistencia militar a Kiev agrava la crisis, prolongará la guerra y que de esta forma los países occidentales están “echando leña al fuego”, lo que “tendrá repercusiones trágicas”.
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