El viernes, un ataque aéreo lanzado por la llamada coalición, liderada por Arabia Saudí, contra una prisión, con unos 2500 reclusos, en la provincia de Saada (noroeste de Yemen), dejó casi 80 muertos y más de 100 heridos.
La Camarilla Progresista, afiliada al Partido Demócrata en el Congreso de EE.UU., tachó el ataque de “horrible” y una “consecuencia predecible” provocada por la continua venta de armas por parte de Washington a Arabia Saudí.
De este modo, mediante un mensaje emitido el viernes en la red social Twitter, instó a la Administración estadounidense, presidida por Joe Biden, a que detenga su “participación no autorizada” en la agresión militar que Arabia Saudí lanzó en marzo de 2015 contra Yemen”, destacó.
“EE.UU. es cómplice de esto, y de todos los ataques aéreos saudíes o de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en esta horrible guerra que Biden y sus altos funcionarios prometieron terminar una vez”, reprochó al respecto el reportero estadounidense de Seguridad Nacional, Spencer Ackerman, en un mensaje emitido en la misma plataforma.
El ataque del viernes de la llamada coalición saudí tuvo lugar un día después de que los mercenarios agresores llevaran a cabo el jueves otra ronda de bombardeos contra la ciudad portuaria yemení de Al-Hudayda (oeste), matando y hiriendo a varios civiles.
Biden —que había prometido, durante su campaña electoral en 2020 para acceder a la Casa Blanca, poner fin al apoyo de Washington a la agresión saudí contra Yemen—, anunció en enero el cese temporal de la venta de muchas armas ofensivas al reino saudí.
No obstante, su Administración anunció en septiembre la aprobación de la venta de equipos militares a Arabia Saudí por un costo estimado de 500 millones de dólares, manteniendo el país norteamericano como el mayor proveedor de armas a los Al Saud.
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