“Hasta el momento, la COVID-19 ha acabado con la vida de 527 726 personas en EE.UU. Esta cifra supera las víctimas mortales del país norteamericano en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Vietnam y los ataques del 11 de septiembre de 2001”, señaló el mandatario estadounidense.
En otra parte de sus comentarios, el presidente demócrata recordó el aumento de la xenofobia, el racismo y los ataques físicos contra los “estadounidenses de origen asiático” durante el brote del virus, y pidió el fin de tales acciones.
Estos ataques racistas surgieron por primera vez en abril de 2020, después de que el entonces presidente de EE.UU. Donald Trump tratara de vincular la COVID-19 con China llamándolo, incluso, el “Virus de China” o el “Virus de Wuhan”, e insinuó que su Administración había iniciado una investigando para determinar si el virus emanaba del laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan.
Sin embargo, poco después, pese a las acusaciones de EE.UU. contra China, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que las evidencias apuntaban a que el virus tenía origen zoonótico y “no era un virus manipulado o fabricado en un laboratorio u otro lugar”.
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