En un comunicado emitido este lunes en su página web, el Departamento del Tesoro de EE.UU. ha informado de la inclusión en su lista de sanciones de dos ciudadanos iraníes, tras acusarles de tener vínculos con el Ministerio de Inteligencia de Irán.
El Tesoro estadounidense ha justificado esa medida, afirmando que los referidos iraníes estuvieron involucrados en el “secuestro y el arresto” de Robert Levinson, exagente del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. No obstante, no ha presentado pruebas al respecto.
Como consecuencia de la medida, quedan congelados los activos que puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíben transacciones financieras con ellos.
Las autoridades iraníes han descartado en varias ocasiones mantener información alguna sobre la supuesta desaparición de Levinson en marzo de 2007 en el sur de Irán, tal y como lo relatan los estadounidenses.
Teherán asevera, además, que el exagente del FBI no está, ni estaba encarcelado en el país persa y que no ha sido parte de ningún caso judicial y penal ante los tribunales iraníes.
Es más, en enero de 2016, el entonces portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest enfatizó que Washington ha estado convencido desde hace varios años que Levinson no se encontraba en Irán.
Pese a ello, el secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, ha acusado, en la nota, a la República Islámica de no cumplir con su compromiso de encontrar al estadounidense. “El Gobierno de Irán se comprometió a brindar asistencia para llevar a Bob Levinson a casa, pero nunca lo ha cumplido”, ha dicho.
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