Los manifestantes se congregaron en el Grant Park de Chicago, en el estado de Illinois, donde intentaron pintar la escultura, cubrirla y tumbarla. “Es un símbolo de odio y esclavitud”, afirmaron los indignados, antes de lanzar piedras y fuegos artificiales contra la estatua.
Sin embargo, los policías llegaron al lugar para defender el monumento. “Los oficiales me golpearon. Estaba tratando de proteger a los que me rodeaban y ellos vinieron con su brutalidad”, aseguró un manifestante.
Desde finales de mayo y tras el asesinato del afroestadounidense George Floyd a manos de un agente blanco, protestas de este tipo han tenido lugar en diferentes partes del mundo para erradicar los elementos del colonialismo y racismo.
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