“¡Creo que él estaba muerto de miedo por lo que sucedió! Él observó el funeral del general Soleimani y se asustó. Espero que dé paso a una conducta correcta”, ha dicho el retirado general estadounidense Barry McCaffrey en una parte de una entrevista concedida a la cadena local MSNBC, emitida el jueves.
Tras haber tildado de “ridículas” las amenazas que lanzó hace unos días el inquilino de la Casa Blanca con atacar sitios culturales y arqueológicos de Irán si este respondía al asesinato de su prominente estratega militar, el exgeneral norteamericano aseguró que las autoridades de EE.UU. no buscan entrar en guerra con Irán.
“Por supuesto, (la guerra) es políticamente devastadora para él (Trump)”, adujo McCaffrey.
La madrugada del pasado viernes, el comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, entre otros combatientes iraníes e iraquíes, fueron asesinados en Irak en una ofensiva aérea estadounidense lanzada siguiendo una orden directa del presidente de EE.UU., Donald Trump.
Los cuerpos sin vida de Soleimani y sus compañeros recibieron un merecido adiós del pueblo iraní en ceremonias de luto en Teherán (capital persa), Qom (sur de Teherán), Mashad (noroeste) y Ahvaz (suroeste).
Entre lágrimas y gritos de venganza, los enlutados corearon consignas contra EE.UU. y el régimen de Israel, y clamaron una “dura respuesta” por el crimen cometido contra el héroe martirizado iraní, que jugó un relevante papel en los duros combates en Irak y Siria contra los grupos terroristas, muchos de ellos respaldados por el régimen israelí, varios países occidentales y ciertos regímenes de la región del oeste de Asia.
Los medios de comunicación de todo el mundo se hicieron eco de la magnitud de la participación de los iraníes durante el homenaje a su héroe nacional. La agencia británica de noticias Reuters destacó que la multitudinaria asistencia en Teherán, vista por televisión, parecía ser la mayor desde 1989, en el funeral del Fundador de la República Islámica, el Imam Jomeini (que en paz descanse).
Los restos del comandante de la Fuerza Quds y de sus compañeros también fueron honrados en ceremonias fúnebres realizadas en diferentes ciudades de Irak, como Bagdad (capital), Nayaf y Karbala. Cientos de miles de iraquíes expresaron su agradecimiento a Soleimani por sus esfuerzos para erradicar el terrorismo de este país árabe y de la región.
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