Los iraníes están congregados esperando la llegada, prevista para hoy mismo, de los cuerpos del destacado general iraní y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, junto con los de otros cuatro militares persas, todos asesinados en una agresión aérea de EE.UU. en Bagdad, la capital iraquí.
#Envivo| Cientos de miles de iraníes acompañan procesión fúnebre del teniente general Qasem Soleimani y el subcomandante de las fuerzas populares iraquíes al-Hashad Al-Shabi, Abu Mahdi al-Muhandis. https://t.co/DqgdGOw0SS
— HispanTV (@Hispantv) January 5, 2020
Los manifestantes corean consignas contra Estados Unidos y el régimen de Israel y prometen una “dura venganza”. Después de Mashad, el cuerpo de Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, será trasladado a Teherán (la capital) y, finalmente, a Kerman, su ciudad natal, donde será sepultado.
En total, 10 personas, cinco iraníes y cinco iraquíes, fueron asesinadas en el ataque que perpetró EE.UU. el viernes contra una caravana de vehículos en las afueras del Aeropuerto de Bagdad, poco después de que el vuelo del general Soleimani llegara desde Siria, lo que generó sospechas de que la inteligencia del régimen de Israel podría haber jugado un papel en este crimen múltiple.
El asesinato del general Soleimani ha desatado un aluvión de rechazos y condenas tanto dentro de Irán como entre otras figuras regionales. Irán ha denunciado en duros términos el asesinato de su héroe en la lucha antiterrorista. El Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, así como altos mandos del CGRI, han alertado a su vez a los “criminales” de EE.UU. que les espera una “dura venganza” por parte de la República Islámica.
El alto estrega iraní Qasem Soleimani desempeñó un papel relevante en los cruentos combates contra los grupos terroristas en Irak y Siria, muchos de ellos respaldados por EE.UU., el régimen israelí, algunos países occidentales y ciertas monarquías árabes, razón por la cual había recibido amenazas de muerte, en concreto del servicio de inteligencia del régimen de Israel (el Mossad).
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