• Una niña migrante junto con su padre están en un centro de detención en EE.UU.
Publicada: viernes, 13 de diciembre de 2019 9:03

Autoridades de inmigración de EE.UU. impiden la inyección de vacunas contra influenza a niños migrantes bajo custodia en los centros de detención.

El diario británico The Independent publicó en su edición del jueves una noticia sobre cómo la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de EE.UU., ha rechazado a un grupo de médicos que intentaban el lunes ofrecer atención médica a los migrantes en una instalación ubicada en San Diego.

Según el informe, al menos tres menores de edad, dos niños de 2 y 6 y un adolescente de 16 años, han perdido la vida a causa de la influenza en los centros de detención estadounidense. Pero, la CBP se ha negado en gran medida a permitir la administración de la vacuna argumentando que retienen a los migrantes durante un corto plazo.

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Las personas mueren por la gripe, pero la muerte de personas que se encuentran bajo la custodia del CPB, fue completamente prevenible”, censuró la Dra. Julie Sierra, una de las profesionales de entre los 70 médicos y manifestantes que se congregaron frente al centro de detención de San Diego en protesta al rechazo de las autoridades.

El medio de investigación independiente ProPublica, con sede en Manhattan (EE.UU.), publicó el pasado jueves un vídeo sobre el fallecimiento de un migrante guatemalteco de 16 años de edad, Carlos Gregorio Hernández Vásquez, el pasado 20 de mayo en un centro de detención en Texas por la negligencia de los agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense mientras padecía influenza y una alta fiebre.

 

Diferentes activistas y organizaciones pro derechos humanos critican duramente las políticas migratorias del presidente de EE.UU., Donald Trump, y su postura “racista y xenófoba” hacia los migrantes.

El magnate haciendo oídos sordos a las críticas por la condición inhumana de los indocumentados en centros de detención del país norteamericano, dijo el pasado julio que ellos “viven mejor” allí que en sus países.

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Esto mientras varios legisladores demócratas y activistas, que visitaron los centros de detención, han descrito las condiciones de esos recintos como “una pesadilla”, caracterizada por el hacinamiento y el acceso insuficiente a alimentos, agua y productos para satisfacer otras necesidades básicas.

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