El Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos ha publicado recientemente un informe un informe titulado “Costes de guerra”, según el cual EE.UU. ha gastado la cifra señalada desde el 11-S. El monto incluye gasto directo hecho ya en la guerra “antiterrorista” y obligaciones de gastos futuros para militares retirados.
La cifra, señalan los autores del estudio, difiere sustancialmente de las estimaciones del Pentágono porque incluye no solo partidas de guerra en países como Irak, Siria, Afganistán y Paquistán, además de otras “operaciones de contingencia exterior”, sino también gastos de los distintos departamentos federales relacionados con dichas operaciones.
En el texto se subraya que el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) ya tiene previstos proyectos de operaciones de contingencia en el extranjero hasta el año 2023, cuyo coste está estimado en 80 000 millones de dólares.
Si Estados Unidos continúa la trayectoria actual, el gasto de guerra seguirá aumentando (…). Incluso si las guerras terminaran de aquí a 2023, Estados Unidos seguiría encaminado a gastar 808 000 millones de dólares adicionales, hasta un total de al menos 6,7 billones, sin incluir los costes de los intereses futuros”, se lee en el informe “Costes de guerra” del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de Estados Unidos.
“Si Estados Unidos continúa la trayectoria actual, el gasto de guerra seguirá aumentando (…). Incluso si las guerras terminaran de aquí a 2023, Estados Unidos seguiría encaminado a gastar 808 000 millones de dólares adicionales, hasta un total de al menos 6,7 billones, sin incluir los costes de los intereses futuros”, se lee en el informe.
Por otro lado, el instituto advierte de que los costes de la lucha antiterrorista serán muy superiores, ya que el número de militares retirados de las guerras posteriores al 11-S aumentará incluso si Washington detiene el despliegue de tropas en el extranjero de inmediato.
Todo esto, sumado a que tanto los países afectados por la guerra como otros han puesto en entredicho en reiteradas ocasiones la eficacia de las operaciones antiterroristas de EE.UU., que de hecho es responsable de la proliferación del terrorismo en el mundo.
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