Las miles de familias que llegan a la frontera en busca de asilo político y que se entregan a la patrulla fronteriza con el objetivo de quedarse en Estados Unidos, están viviendo una injustica que está dañando psicológicamente a los menores de edad, ya que padres e hijos son separados, así lo confirma Gloria Saucedo, la líder de un movimiento pro inmigrante.
Desde octubre del 2017 más de 700 niños han sido registrados por el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. que se encarga de procesar la custodia de los menores, estos datos no han sido compartidos a republicanos ni demócratas, y se conocieron por la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés).
La Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU, por sus siglas en inglés) asegura que el Departamento de Seguridad Nacional está implementado una política inexistente, por ello el mes pasado se interpuso una demanda en su contra.
El Departamento de Seguridad Nacional se ha negado a proporcionar datos específicos al Congreso de cuantos menores de edad han sido separados de sus padres. Ante esto activistas comunitarios de Los Ángeles coinciden que seguirán luchando porque las familias migrantes no sean separadas.
Rosie Orbach, Los Ángeles.
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