“La emisión de esta orden ejecutiva, que revoca la política previa del Estado de transferir a detenidos fuera de las instalaciones de Guantánamo, marca un claro retroceso”, criticó el martes el presidente de la CIDH, Francisco José Eguiguren Praeli.
El pasado 30 de enero, Trump firmó un decreto para mantener abierta la prisión de Guantánamo. Con esta medida puso fin a los esfuerzos de su antecesor Barack Obama, quien trató en vano de clausurar definitivamente esa prisión.
Al respecto Eguiguren reiteró que la “continua detención indefinida de personas” como ocurre en Guantánamo es “arbitraria” y se considera una “clara violación de las normas internacionales”.
De acuerdo con el titular del CIDH, Washington debía haber cerrado desde hace mucho tiempo las instalaciones de detención en Guantánamo, las cuales, agregó, se han convertido en “un símbolo de abuso alrededor del mundo y socavan los llamados de Estados Unidos hacia otros países para respetar los derechos humanos”.
La emisión de esta orden ejecutiva, que revoca la política previa del Estado de transferir a detenidos fuera de las instalaciones de Guantánamo, marca un claro retroceso”, critica el presidente de la CIDH, Francisco José Eguiguren Praeli, en referencia a la firma de un decreto por Donald Trump para mantener abierta esta cárcel.
United States: We condemn decision calling for Guantanamo prison facilities to remain open https://t.co/hJyFWdwWdG pic.twitter.com/l6Szdtky0k
— IACHR (@IACHumanRights) February 20, 2018
En un comunicado emitido en la misma jornada del martes, la Comisión expresó su preocupación por que “se siga negando a los detenidos el acceso a adecuada atención médica, psicológica, y psiquiátrica para abordar los impactos duraderos de los actos de tortura, que han sido ampliamente documentados” en esa prisión.
De hecho, Guantánamo no ha recibido desde el año 2008 ningún recluso, aunque Trump ha repetido una y otra vez que estaría “bien” si los sospechosos de terrorismo fueran enviados allí para su juicio.
Diversas organismos pro derechos humanos han condenado la medida del inquilino de la Casa Blanca y, al tiempo que reclaman su cierre, denuncian que los prisioneros son objeto de brutales torturas y malos tratos en Guantánamo.
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