El jefe de la Policía de Baltimore, Jim Johnson, en una conferencia de prensa, explicó que Spencer Lee McCain, de 41 años, fue asesinado a manos de tres agentes policiales que pensaban que la víctima portaba un arma.
Los agentes se personaron en una casa, tras recibir una llamada alertando la presencia de McCain, que tenía prohibido entrar en la vivienda por orden judicial. Allí se encontraban dos niños con su madre, quien asegura que McCain amenazó con golpearla.
Los agentes, tras oír los gritos de la mujer, entraron en la casa donde se encontraba McCain en una “posición defensiva” que parecía que estaba armado por lo que empezaron a disparar, pero luego no encontraron ningún arma.
Johnson apostilló que en la escena se halló al menos 19 casquillos de bala pero alegó que no está claro cuántos tiros recibió el afrodescendiente.
Agregó que los policías que intervinieron en este caso, un negro y dos blancos, están actualmente de licencia administrativa.
Por su parte, un portavoz de la policía, el cabo John Wachter, informó que desde 2012 se recibieron entre 16 y 20 llamadas desde esta casa, denunciando violencia doméstica y aseguró que la mujer a quien amenazó McCain tenía múltiples lesiones.

Recientemente, Baltimore ha sido escenario de masivas protestas en rechazo de la brutalidad policial contra la comunidad negra, estalladas tras la muerte del joven negro Freddie Gray, de 25 años, quien perdió la vida por las severas lesiones en la columna vertebral provocadas durante su arresto por agentes del orden.
Últimamente, en EE.UU. han aumentado los casos en los que agentes blancos matan a tiros a ciudadanos afroamericanos desarmados, lo que ha provocado multitudinarias marchas antirracistas en la mayoría de las ciudades de este país.
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