• El portaaviones estadounidense USS Carl Vinson durante un ejercicio bilateral con Japón en el mar de Filipinas, 23 de abril de 2017.
Publicada: lunes, 12 de junio de 2017 15:21
Actualizada: lunes, 12 de junio de 2017 16:46

Los portaaviones, símbolos del poderío militar de EE.UU., serán un blanco fácil para Rusia y China, en caso de la confrontación, advierte un artículo.

En un artículo publicado el sábado en el portal militar estadounidense National Interest, el analista militar Sébastien Roblin advierte a EE.UU. sobre las consecuencias de un ataque contra China o Rusia desde sus portaaviones, ya que, a su juicio, la tecnología avanzada de misiles y submarinos de estas naciones ponen en tela de juicio si tales naves podrían sobrevivir al operar desde una distancia notable de una costa enemiga.

En este sentido, explica que para lanzar un ataque contra el territorio enemigo, los portaaviones tienen que acercarse a las costas debido al alcance sin repostar de los cazas F-35, los más modernos de la Armada estadounidense, que es de unos 1100 kilómetros.

Al acercarse a las costas rusas o chinas, los portaaviones estadounidenses quedarían expuestos a los avanzados misiles posicionados en tierra con los que cuentan ambas naciones.

Roblin indica que los nuevos misiles balísticos antibuque, como el DF-21D de China con un alcance superior a los 1400 kilómetros, hundirían fácilmente a los portaaviones, en caso de acercarse. Estos misiles de rango intermedio poseen un alto grado de exactitud y tienen la capacidad de ajustar las trayectorias de vuelo. Ambos rasgos permiten que el cohete alcance un objetivo móvil como un portaaviones.

 

El impacto de un proyectil de este tipo sería suficiente para destruir un portaaviones, asegura el analista militar. La Academia Naval de Estados Unidos afirmó que la energía cinética masiva de un DF-21D, combinado con la carga explosiva, podría destruir un portaaviones en un solo golpe.

Otro de los grandes peligros para las embarcaciones insignia de Washington son los submarinos nucleares, incluso los sumergibles con sistemas de propulsión diésel que son más pequeños, lentos y ruidosos, agregó.

Según Rublin, durante las maniobras de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) esos pequeños submarinos se aproximaron en varias ocasiones lo suficiente a los portaaviones como para atacarlos.

Por su parte, los submarinos nucleares rusos del proyecto 949A no tienen la necesidad de correr riesgos y acercarse para atacar, debido a que están armados con misiles de crucero P-700 Granit, que tienen un alcance de 700 kilómetros.

Además de estos proyectiles, conocidos como 'asesinos de submarinos', Rusia equipará a sus sumergibles con los misiles de crucero hipersónicos Zircón, que serán una amenaza mucho más seria, señala Roblin.

El analista concluye que tanto los misiles como los submarinos ponen en entredicho la viabilidad de recurrir a los portaaviones, en caso de un enfrentamiento con un rival del mismo nivel tecnológico que EE.UU.

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