• El secretario del Tesoro norteamericano, Jacob Lew
Publicada: viernes, 20 de marzo de 2015 16:40

Estados Unidos ha considerado este viernes que todavía es “pronto” evaluar el impacto de las sanciones impuestas por Washington contra La Habana dentro de la “apertura” del país norteamericano hacia Cuba.

Esperamos que conforme avance el tiempo haga que se acerquen EE.UU. y Cuba.

“Las estamos implementando, son muy recientes y es un poco pronto para decir cuáles han sido sus impactos”, ha explicado el secretario del Tesoro norteamericano, Jacob Lew.

Durante su presencia en el Miami Dade College, en Miami (sureste de EE.UU.), para promover los planes comerciales del Gobierno del presidente Barack Obama, Lew ha recordado la falta de relaciones comerciales normales con Cuba y apuntado que las actuales leyes restringen casi todo intercambio.

En este sentido, ha recalcado que el cambio de esta situación solo se lograría a través de imponer cambios en las leyes y requiere de su anulación por el Congreso estadounidense, “y no veo eso probable en el futuro inmediato”.

“Esperamos que conforme avance el tiempo haga que se acerquen nuestros dos países”, ha subrayado Lew.

El pasado 17 de diciembre, Estados Unidos y Cuba anunciaron el inicio de un proceso para normalizar las relaciones diplomáticas, tras medio siglo de distanciamiento.

En el marco de esa decisión, durante la semana pasada las partes sostuvieron en Cuba reuniones de alto nivel en aras de reabrir sus embajadas y restablecer las relaciones diplomáticas, cortadas por más de medio siglo.

La Casa Blanca ha repetido en reiteradas ocasiones que desea abrir las embajadas antes del 10 o el 11 de abril.

Estas reuniones han sido la tercera reunión de alto nivel de ambas partes, seguida por lo abordado por las partes en la segunda ronda, celebrada en Washington el 27 de febrero. La primera ronda se celebró el 21 y 22 de enero en La Habana.

No obstante, el presidente cubano, Raúl Castro ha dejado claro que la normalización de las relaciones con Estados Unidos no significa renunciar a los principios del pueblo y de la revolución (1959) cubanos.

Castro insiste en que “no debe pretenderse que para tener relaciones con Estados Unidos, Cuba renuncie a las ideas por las que ha luchado durante más de un siglo”.

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