• El presidente de EE.UU., Donald Trump (izq.), y su homólogo chino, Xi Jinping, en una reunión celebrada en Pekín, capital china, 9 de noviembre de 2017.
Publicada: martes, 12 de mayo de 2020 15:24

Las inversiones de China en EE.UU. se han reducido al nivel de la recesión de 2009, en una caída que se produjo incluso antes de la pandemia del coronavirus.

Según un informe publicado recientemente por el Comité Nacional de Relaciones entre EE.UU. y China y la consultora Rhodium Group, la inversión directa del gigante asiático bajó de 5400 millones de dólares en 2018 a 5000 millones en 2019.

La inversión directa de un país a otro suele incluir las fusiones de sus empresas, las adquisiciones y las inversiones en oficinas y fábricas, pero excluye la compra de acciones y bonos. Después de que el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, golpease la economía mundial, China prácticamente dejó de invertir sus recursos en EE.UU. Estos apenas alcanzaron los 200 millones de dólares entre enero y marzo de 2020.

En contraste, la inversión estadounidense en el país asiático aumentó al pasar de 13 000 millones de dólares en 2018 a 14 000 millones en 2019. Ese incremento se produjo, en gran medida, debido a los proyectos que habían sido anunciados previamente, incluida la apertura de una fábrica de Tesla en Shanghái. Sin embargo, la inversión recíproca entre EE.UU. y China se desplomó a un mínimo no registrado en los últimos siete años, destacan los autores del informe.

 

Los reguladores de EE.UU., preocupados por que China obtenga acceso a su tecnología sensible, pasaron a analizar la inversión china más minuciosamente, conforme a la ley aprobada ya en 2018.

Ambas naciones también polemizaron tras las acusaciones de EE.UU. El país norteamericano acusó a China de utilizar supuestas tácticas abusivas, de obligar a las compañías extranjeras a facilitar secretos comerciales y de promover el robo cibernético para intentar superar el dominio tecnológico de EE.UU.

Como resultado, el presidente estadounidense, Donald Trump, castigó al Estado asiático imponiendo aranceles a sus exportaciones por valor de unos 360 000 millones de dólares. Lo hizo a pesar de que Pekín había rechazado en repetidas ocasiones las acusaciones de Washington en su contra. 

En enero de este año en curso, China y EE.UU. llegaron a un acuerdo comercial interno con el que buscaban reducir las tensiones, pero el pacto saltó rápidamente por los aires por la expansión del coronavirus.

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