El nuevo vehículo aéreo no tripulado, que fue presentado este domingo, ha sido diseñado y producido por la Fuerza Terrestre del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) y es capaz de transportar una carga explosiva de 2,5 kg a lo largo de 100 kilómetros y utiliza un motor alternativo para su propulsión.
El nuevo aparato volador es una versión mejorada del modelo Meray 214 del CGRI, que también se utiliza para atacar los sistemas de defensa aérea del enemigo.
El nuevo modelo ha reducido en gran medida el coste de diseño y fabricación de esta línea de drones, que ahora son operados por la Fuerza Terrestre del CGRI.
La presentación de este nuevo modelo de dron suicida se produce un día después de que el comandante en jefe de CGRI de Irán, el general de división Hosein Salami, diera a conocer dos bases, que están construidas en forma de túneles en plena alta montaña, y albergan sistemas de misiles tierra-tierra con equipos avanzados, así como drones de combate capaces de penetrar el radar y los sistemas de defensa aérea del enemigo.
Estas bases albergan los vehículos aéreos no tripulados con un alcance de 2000 kilómetros, plataformas de lanzamiento de dos misiles y plataformas de lanzamiento de múltiples drones, que se dieron a conocer durante los ejercicios militares conjuntos del CGRI, bautizados Gran Profeta 17, en la costa sur de Irán en diciembre de 2021. Las ubicaciones de las bases no se revelan.
Irán se ha convertido en una “superpotencia” en cuanto a la tecnología de aviones no tripulados, burlando las sanciones impuestas por EE.UU., tal y como afirman varios estrategas militares.
El país persa anunció en diciembre de 2020 que había conseguido producir drones, cuyo alcance se sitúa en un récord sin precedentes de 4400 kilómetros, recurriendo al uso de ingeniería inversa sobre el modelo RQ-170 de EE.UU.
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