“No puede haber una verdadera normalización, si Estados Unidos no levanta el bloqueo” económico y comercial que ejerce sobre la isla, enfatizó el sábado el primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en un acto en el Consejo Nacional de Universidades en La Habana (capital cubana).
Además, dijo que los nexos EE.UU.-Cuba no podrán recomponerse del todo mientras Washington continúe las transmisiones ilegales de radio y televisión, siga ocupando ilegalmente la base naval de Guantánamo y se mantenga la actuación injerencista de los diplomáticos estadounidenses radicados en la isla.
Díaz-Canel aseguró que los cubanos tratan de llevar “una relación civilizada” con EEUU, pese a las diferencias y a estar seguros de que Washington busca “destruir la Revolución cubana”.
Asimismo, afirmó que un acercamiento a EE.UU. no significa negociar los principios que rigen en Cuba, como la solidaridad internacionalista y la amistad con pueblos hermanos como el nicaragüense.
De hecho, Díaz-Canel viajó el sábado a Nicaragua con motivo de los festejos por el aniversario 36 del triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
En su discurso aprovechó para agradecer el apoyo brindado por Nicaragua en la lucha contra el bloqueo económico de Estados Unidos y por la liberación de los cinco antiterroristas cubanos, que también acompañaron se encuentran en Managua por las celebraciones de la victoria del proceso sandinista.

El jueves, el presidente de Cuba, Raúl Castro, resaltó que “no es posible concebir, mientras se mantenga el bloqueo, relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos” y llamó a Washington a compensar al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados a causa de sus políticas a lo largo de los últimos años.
El fin del cerco de Estados Unidos a Cuba es un asunto exigido por muchos. Las Naciones Unidas instó a principios de mes a EE.UU. a levantar el embargo que mantiene sobre Cuba.
Los presidentes de EE.UU. y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, respectivamente, después de expresar el pasado diciembre su voluntad para normalizar sus relaciones diplomáticas, iniciaron un proceso que condujo el 1 de julio a anunciar el restablecimiento formal de sus relaciones diplomáticas y la reapertura de sus embajadas a partir del 20 de julio después de 54 años; el anuncio que provocó la satisfacción de la comunidad internacional.
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