El estudio descubre que el Sol tiene la suficiente masa como para explotar en un festival de luces y colores que engullirá la Tierra a su paso, y observa que no todas las estrellas tienen lo que hay que tener para convertirse en nebulosa planetaria.
La nube, agrega, se transformará en un anillo de gas y de polvo interestelares. El 90 % de las estrellas se convierten en nebulosas planetarias al colapsar y pasar a ser gigantes rojas o enanas blancas, algo que no estaba del todo claro que pasase con la de nuestro sistema solar, dado que se pensaba que no tenía la masa suficiente.
Durante los próximos miles de años, nuestra estrella se preparará para explotar: se hará un 10 % más brillante, un porcentaje suficientemente alto como para secar los océanos del planeta y, por tanto, para acabar con todo resquicio de vida.
Cuando una estrella muere, expulsa una nube de polvo y de gas llamada 'envoltorio' al espacio. Ese envoltorio puede llegar a tener hasta la mitad de la masa de esa estrella”, explica Albert Zijlstra, profesor de la Universidad de Manchester (EE.UU.) y uno de los autores del estudio.
These Hubble images compare two diverse views of the roiling heart of a vast stellar nursery, known as the Lagoon Nebula. The images, one taken in visible and the other in infrared light, celebrate Hubble’s 28th anniversary in space: https://t.co/UwC20K0c6R pic.twitter.com/IblF6ZbGx3
— Hubble (@NASAHubble) April 19, 2018
“Cuando una estrella muere, expulsa una nube de polvo y de gas llamada 'envoltorio' al espacio. Ese envoltorio puede llegar a tener hasta la mitad de la masa de esa estrella”, explica Albert Zijlstra, profesor de la Universidad de Manchester (EE.UU.) y uno de los autores del estudio.
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