“Esta mañana a las 06:18 am, el consulado de Estados Unidos en Chengdu bajó la bandera estadounidense”, ha anunciado este lunes la cadena de televisión CCTV, mientras mostraba la imagen de cómo era arriada lentamente en plena aumento de tensiones diplomáticas entre los dos países.
Esto tiene lugar después del reciente anuncio del presidente estadounidense Donald Trump que exigió el martes que China cierre en 72 horas su consulado general en la ciudad de Houston (en el sureño estado de Texas), a fin de “proteger la propiedad intelectual y la información privada” del país norteamericano.
Trump, además de defender la polémica decisión de cerrar el consulado chino, dejó abierta la posibilidad de ordenar el cierre de más misiones diplomáticas del gigante asiático en EE.UU.
Ante tal coyuntura, tres días después de que Washington suspendiera operaciones del consulado chino en Houston, el país asiático tomó represalia el viernes y ordenó el cierre del consulado de EE.UU. en Chengdu.
Desde entonces, los periodistas han visto a los empleados del consulado de Chengdu sacar bolsas de basura y a un autobús salir de las instalaciones hacia un destino desconocido. No obstante, a diferencia de los días anteriores, las fuerzas de seguridad impidieron a los periodistas extranjeros acercarse al edificio.
Además de todo esto, en Houston, agentes estadounidenses entraron en el edificio el viernes después de abrir la puerta con herramientas, hecho que provocó la enérgica protesta del gigante asiático, afirmando que “el edifico del consulado general de China en Houston es un territorio diplomático, así como una propiedad estatal”.
Las relaciones entre EE.UU. y China se han deteriorado significativamente en los últimos años. Ambas potencias libran una disputa económica y tecnológica en medio de una nueva Guerra Fría en desarrollo y, también se han involucrado en un juego de culpa por el coronavirus, causante de la COVID-19, y están en desacuerdo en casi todos los frentes, desde las tensiones comerciales hasta el mar del Sur de China, Hong Kong, Taiwán, la región de Xinjiang y la compañía tecnológica china Huawei; algo, que según los analistas, aumenta aún más el riesgo de una “confrontación no planificada” entre Pekín y Washington.
mrp/ktg/mnz/mjs