• El canciller de Chile, Heraldo Muñoz.
Publicada: miércoles, 13 de julio de 2016 17:42

Chile ha presentado su contramemoria ante la CIJ para responder a la demanda marítima lanzada por La Paz en dicha corte.

El canciller chileno, Heraldo Muñoz, ha presentado este miércoles al secretario de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Philippe Couvreur, un documento “contundente y sólido para defender los intereses nacionales” de Santiago, según sus palabras, que incluye unas 166 páginas y cinco libros anexos.

Con este acto, Santiago se adelanta al plazo anunciado por la CIJ, hasta el 25 de julio, en el que debía presentar su contramemoria para responder a la demanda que interpuso Bolivia en 2013 ante la Justicia de La Haya para exigir una salida soberana al océano Pacífico. Ahora toca a Bolivia estudiar la posibilidad de solicitar una segunda fase de alegatos escritos.

Creemos que tenemos una contramemoria contundente. En ella establecemos la verdad histórica incluso con fuentes bolivianas y de otros países, y demostramos que no hay obligación de negociar nada con Bolivia", asegura el canciller chileno, Heraldo Muñoz.

"Creemos que tenemos una contramemoria contundente. En ella establecemos la verdad histórica incluso con fuentes bolivianas y de otros países, y demostramos que no hay obligación de negociar nada con Bolivia", ha asegurado Muñoz, quien encabeza en La Haya una delegación chilena para el caso, de la que forma también parte el agente chileno para esta causa, José Miguel Insulza.

A este respecto, Muñoz ha asegurado que la contramemoria de Chile tiene como objetivo presentarse como un país cuya soberanía nacional, “ni territorial ni marítima", ha estado en juego nunca.

El problema entre estos países vecinos surgió tras una guerra entre 1879 y 1883, en la que Bolivia perdió 400 km lineales de litoral costero y 120.000 km² de territorios. La Paz exige a Santiago que se siente a negociar una salida soberana al mar, pero Chile argumenta que las fronteras entre los dos países quedaron fijadas en el Tratado de 1904.

Las divergencias entre ambas naciones —que carecen de lazos diplomáticos desde 1978— han entrado en una nueva fase, esta vez por las aguas de Silala, que para Chile es un río y para Bolivia un manantial.

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