Las movilizaciones se llevaron a cabo en 23 de los 27 estados del país en rechazo, tanto de un proyecto de tercerización laboral (PL 4330) que está en tramitación en el Congreso, como del ajuste fiscal impulsado por el Gobierno brasileño.
En estos actos, la Central Única de Trabajadores (CUT), una organización gremial fundada por el expresidente Lula da Silva, advirtió de que la extensión de la subcontratación laboral provocará la desaparición de los contratos fijos.
Además de miembros de la CUT, participaron en estas manifestaciones otros gremios como la Central de Trabajadores de Brasil (CTB), Conlutas, Intersindical, Unión General de Trabajadores (UGT) y Nueva Central.
En las protestas se registraron también una serie de incidentes. En Sao Paulo (sudeste), funcionarios y estudiantes de la universidad estatal USP bloquearon una de las calles y la policía disparó balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a los congregados.
En medio del tumulto que devino por la intervención de las fuerzas de seguridad, un fotógrafo del diario brasileño Folha de Sao Paulo resultó agredido.
"Los policías arrojaron bombas, balas de goma y gas lacrimógeno y agredieron a decenas de estudiantes y trabajadores, dejando varios heridos, entre ellos dos mujeres: una funcionaria y una estudiante que fue golpeada en el rostro, tirada al piso y pisoteada por los policías", informó Sintusp, sindicato de trabajadores de la USP.
La indignación social causada por el polémico proyecto de ley de tercerización del trabajo, ha llevado a diversos sectores sociales a las calles en distintas ocasiones para denunciar esta práctica que autoriza a las empresas a contratar servicios de terceros en todos los sectores.

La Cámara de Diputados de Brasil dio luz verde el pasado mes de abril para la aplicación del mencionado proyecto laboral en todas las actividades productivas que desarrolla el país, a pesar de las críticas y rechazos.
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