• Gobierno de facto deja a Bolivia con millones de dólares de deuda
Publicada: lunes, 9 de noviembre de 2020 11:15
Actualizada: lunes, 9 de noviembre de 2020 12:38

El gobierno de facto de Bolivia deja al pueblo boliviano una deuda externa e interna de 4900 millones de dólares tras 11 meses de gestión.

El presidente boliviano, Luis Arce, afirmó el domingo en su discurso de toma de posesión que la gestión de la presidenta del gobierno de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, hundió al país en una crisis económica que, de hecho, comenzó en noviembre de 2019, tras el golpe de Estado en contra el entonces presidente Evo Morales, pero que se “profundizó” durante la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.

Entre noviembre de 2019 y octubre de 2020, según Arce, la deuda interna y externa de Bolivia ascendió a más 4200 millones de dólares: “en el ámbito de la deuda externa, se comprometieron créditos de 1500 millones de créditos externos y para cerrar el año, 4400 millones de bolivianos adicionalmente en el mercado interno”.

Arce también hizo un repaso a las reservas internacionales, advirtiendo una disminución de 881 millones de dólares entre noviembre de 2019 y octubre de 2020.

“Hoy nuestra economía está en medio de una recesión profunda, se tiene la caída del PIB [Producto Interno Bruto] del 11,1 %, según el INE [Instituto Nacional de Estadística] al segundo trimestre de año”, añadió.

 

Con todo ello, confió en que trabajando junto al pueblo lograrán “una vez más superar las adversidades” y anunció una reconstrucción de la economía, la generación de certidumbre y crecimiento con redistribución de ingresos y la reducción de las desigualdades económicas y sociales.

Arce, quien fungió como ministro de Economía durante el último año del mandato del expresidente Evo Morales y a quien se le atribuye el auge económico boliviano, ganó las elecciones presidenciales de Bolivia que se realizaron el pasado 18 de octubre con casi 3,4 millones de votos, un 55,10 por ciento del escrutinio total, y ha prometido que establecerá un sistema de poder equilibrado y trabajará por la reconstrucción de la patria, a fin de rectificar lo que estuvo mal y continuar con lo que se hizo bien.

Los comicios presidenciales en Bolivia se celebraron 363 días después del golpe de Estado contra Evo Morales, orquestado por la oposición y apoyado por EE.UU.

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